Carles Puigdemont hablando en un micrófono con una bandera catalana de fondo.
POLÍTICA

El abogado de Carles Puigdemont: 'España es capaz de secuestrar a Puigdemont'

Jaume Alonso-Cuevillas explica que un ‘comando’ español podría haber entrado en Francia para detener al expresidente

El expresidente Puigdemont es el último mohicano del procesismo político. ERC, en cambio, y tal vez por la evidencia de su descalabro, ha digerido más rápido la nueva situación. Junts, por el contrario, no se decide todavía a emprender su travesía por el desierto.

Por el momento, los juntaires le dan recorrido a los golpes de efecto de su líder. El último de ellos no fue otro que la aparición y desaparición del expresidente en Barcelona. El problema de esta clase de maniobras es que, ahora, el procesismo se ha desmoronado.

Para muestra, un botón: las llamadas a la épica de la ANC se han quedado en anécdotas y el show del expresidente en Barcelona no ha tenido ningún efecto más allá de algunas retenciones de tráfico. Sin embargo, esto no es obstáculo para que Puigdemont insista en el atrezo procesista.

Operaciones de inteligencia dentro de Francia

En teoría, el pasado lunes, el expresidente tendría que haber acudido a un acto en Francia. Se trata de la Universidad Catalana de Verano, que se celebra anualmente. Al final, el expresidente no acudió por - explicó - “motivos de seguridad”.

El motivo de fondo es que Puigdemont ya no es eurodiputado. Por lo tanto, ya no goza de inmunidad para circular por la Unión Europea. Si estuviera en Francia y el juez Llarena activara una euroorden de detención, cabría la posibilidad de ser detenido.

Montaje fotográfico con el abogado y diputado catalán Jaume Alonso Cuevillas, con el parlament de Cataluña de fondo

El ejemplo de procesismo, pero, no es que Puigdemont haya faltado nuevamente a su palabra, aduciendo, como es habitual, a las circunstancias, sino las palabras de su abogado. Según explicó a Ràdio Arrels Jaume Alonso-Cuevillas, “el Estado español sería capaz de organizar una operación para secuestrar a Puigdemont en el Estado francés”.

El expresidente, entonces, no acudió a la Universidad Catalana de Verano porque existe el riesgo de que “el deep State español”, dice el abogado, realice una operación de inteligencia, tipo Mossad, para secuestrar en el seno de la Unión Europea, en un país vecino, a Carles Puigdemont.

De hecho, Alonso-Cuevillas insiste en que no sería la policía francesa la que detendría a Puigdemont. Por el contrario, no descartaba la posibilidad de que un “comando” español aprovechara la proximidad con Francia para secuestrar al líder de Junts.

¿Cuál es el problema de Junts?

Más allá la pintoresca anécdota, el problema que ahora tiene Junts por delante no es tanto que un comando secuestre a Puigdemont, sino Puigdemont en sí mismo.

Carles Puigdemont hablando en un podio con micrófonos, sosteniendo papeles en la mano, fondo verde.

El expresidente tiene un futuro político incierto y la aritmética parlamentaria no se lo resolverá. Su liderazgo, pues, tendrá que enfrentarse en algún momento al nuevo reparto de cartas. Y, dada la naturaleza de los partidos políticos, no sería extraño que empezaran a surgir algunas voces críticas contra Puigdemont.

Se asuma o no, el procesismo ha perdido su oportunidad y, en consecuencia, Cataluña ha entrado en una época de reorganización. Por ahora, solo ERC se ha movido. Aunque el gran beneficiado, sin duda, es Salvador Illa.

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