El procesismo, de fracaso en fracaso
Los partidos procesistas no solo están convirtiendo Cataluña en un solar para todos, sino que han abandonado incluso a los suyos. Lo sorprendente es que todavía haya independentistas que confíen en ellos
Tarde o temprano, tenían que aparecer las consecuencias de haber tenido durante más de una década a un grupo de políticos centrados en un proceso de independencia fake. Actualmente, Cataluña es un territorio en decadencia por culpa de aquellos dicen quererla tanto. ERC y Junts se han repartido el pastel durante años y ahora todos pagamos los platos rotos.
En educación, se han obtenido los peores informes PISA de la historia. En sanidad, las enfermeras están en pie de guerra y los hospitales están colapsados. También estamos en la cola en la cuestión de energías renovables. Las insuficientes alternativas a la falta de lluvia provocará más restricciones al acceso del agua en los próximos días. Y la lista se extiende en cuestiones como la inseguridad, las infraestructuras o el declive del uso del catalán en las calles.
Pero es que incluso se han cargado aquello que no afecta al día a día de la gente, pero que era reivindicación histórica para el nacionalismo catalán, como es el caso de la selección catalana de fútbol. Hoy, Jordi Cumplido nos habla de ello en E-Notícies: de como la 'Selecció', que tenía ser otra 'estructura de estado', se ha convertido en otro fiasco del procesismo. Lo más curioso de todo ya no es que los habituales amistosos del combinado catalán hayan desaparecido. Es que ni siquiera los más indepes los echan en falta.
Ahora la reivindicación del independentismo institucional es que, por lo menos, no les obliguen a ser convocados con la selección española. No deja de ser un ejemplo de lo que ha sido el procés.
A pesar de la caída libre en la que se encuentran los partidos procesistas, lo sorprendente es que todavía haya independentistas que confíen en ellos. No es de extrañar que, entre el electorado indepe, el abstencionismo y alternativas como Aliança Catalana coticen al alza. Y es que los procesistas no solo están convirtiendo Cataluña en un solar para todos, sino que han abandonado incluso a los suyos.
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