La Selecció Catalana, otro fiasco del Procés
El combinado lleva 590 días sin jugar, y al último partido acudieron 6.000 personas
Un año, siete meses y ocho días, 590 días en total, este es el tiempo transcurrido desde el último partido que disputó la Selecció Catalana de Futbol. Fue un Catalunya-Jamaica que se disputó en el Estadi Municipal de Montilivi, en Girona, el 25 de mayo de 2022. Lo curioso no es que la selección catalana ya no juegue, sino que nadie la echa en falta.
Durante años, el Procés mantuvo vivo el sueño de las seleccions esportives catalanes como una parte más de las llamadas estructuras de Estado. La Plataforma ProSeleccions hizo en 2012 un sondeo, según el cual 2 de cada 3 catalanes querían selecciones propias. Hoy ya casi nadie se acuerda de la Selecció Catalana.
La selección catalana solía jugar todos los años, e incluso algunos años más de una vez. En 2013 jugó dos veces, luego en 2014, 2015 y 2016, los años álgidos del Procés. Los partidos se interrumpen entonces hasta 2019, y después de la pandemia con el último partido jugado en mayo de 2022.
Fecha | Partido |
22.12.2000 | Catalunya – Lituània |
28.12.2001 | Catalunya – Xile |
18.05.2002 | Catalunya – Brasil |
28.12.2002 | Catalunya – Xina |
28.12.2003 | Catalunya – Equador |
25.05.2004 | Catalunya – Brasil |
29.12.2004 | Catalunya – Argentina |
28.12.2005 | Catalunya – Paraguai |
24.05.2006 | Catalunya – Costa Rica |
08.10.2006 | Catalunya – Euskadi |
29.12.2007 | Euskadi – Catalunya |
24.05.2008 | Catalunya – Argentina |
28.12.2008 | Catalunya – Colòmbia |
22.12.2009 | Catalunya – Argentina |
28.12.2010 | Catalunya – Hondures |
30.12.2011 | Catalunya – Tunísia |
02.01.2013 | Catalunya – Nigèria |
30.12.2013 | Catalunya – Cap Verd |
28.12.2014 | Euskadi – Catalunya |
27.12.2015 | Catalunya – Euskadi |
28.12.2016 | Catalunya – Tunísia |
25.03.2019 | Catalunya – Veneçuela |
25.05.2022 | Catalunya – Jamaica |
La Federació Catalana de Futbol anunció que la selección no jugará otro partido hasta el verano de 2024. Lo justifican por el apretado calendario y la plaga de lesiones que acarrea, entre las competiciones locales, europeas e internacionales. Creen que el mejor momento para volver es después de las competiciones, cuando hay más jugadores disponibles.
Más allá de las fechas, en los últimos partidos del combinado catalán ya se percibió un declive de la afición por estos partidos. El último encuentro, el Catalunya-Jamaica, solo consiguió atraer 6.124 espectadores a las gradas de Montilivi. Esto contrasta con aquellos años de apogeo en los que la Selecció llenaba el Camp Nou con selecciones de primer nivel.
Una cuestión política
Aun así, un pequeño reducto independentista sigue viendo a las selecciones como parte de la lucha por un estado propio. Por ejemplo, con la polémica del beso de Jenni Hermoso criticaron a partidos como ERC y Junts por meterse en un “debate español” y “olvidarse de nuestras deportistas y su derecho a jugar con la selección catalana”. Pero fuera de eso, el declive del procés coincide con la pérdida de interés por la Selecció.
En pleno auge del procés, en 2016, el entonces president Carles Puigdemont sacaba pecho diciendo que “Catalunya es una potencia deportiva de verdad y se ha ganado el pulso a competir oficialmente a nivel internacional”. Durante aquellos años, los partidos de la selección fueron una exhibición del fervor independentista reinante.
El lento declive
La realidad es que años después, la selecció catalana ha dejado de interesar y la Federació tiene que regalar entradas en partidos contra equipos menores. La Selecció Catalana fue creada en 1904 y desde entonces ha jugado más de 200 partidos, tres contra la selección española. Pero todos los encuentros han sido amistosos, y el nacionalismo catalán ha aspirado siempre a disputar competiciones oficiales.
Esto motivó la creación de la plataforma ProSeleccions, que impulsó la celebración anual de partidos en las fechas navideñas. La efervescencia hizo que Montjuïc se quedara pequeño y tuvieran que trasladarse al Camp Nou. Fueron años de prestigio, en los que selecciones como Brasil o Argentina visitaron Cataluña.
El conflicto político convirtió los partidos en un espacio más de reivindicación, pero esto también perjudicó. Equipos españoles se negaban a ceder a sus jugadores y esto bajó la calidad de los partidos y el interés. Las gradas se fueron vaciando poco a poco, y Cataluña tenía que conformarse con invitar a selecciones de segundo y tercer nivel.
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