Por la convivencia y la reconciliación
El nuevo Parlament de Cataluña vuelve a estar sometido a hacer y deshacer el reglamento en función de sus intereses
El nuevo Parlament de Cataluña vuelve a estar bajo el control de los independentistas. Es decir, sometido a la voluntad de hacer y deshacer el reglamento en función de sus intereses. Aunque el resultado de las pasadas elecciones del 12 de mayo era claro e inequívoco: Cataluña dijo suficiente a tantos años de proceso.
En un sorprendente giro de los acontecimientos, uno más en la política catalana, Junts propuso a media mañana de este lunes a Josep Rull como presidente del Parlament. Rompiendo todos los esquemas de las travesías hechas. Demostrando Carles Puigdemont que ni habiendo quedado segundo el 12M, ni habiendo perdido a dos eurodiputados el 9J, se rinde. Aviso a navegantes para aquellos que le daban por muerto.
Junts, ERC y la CUP, tres partidos que en los últimos años se han lanzado los platos por la cabeza, han tomado de nuevo el control de la Mesa por la incapacidad del PSC, el PP, los Comunes y Vox de hacer valer los votos de los catalanes. Todos tienen culpa, sí, pero el principal culpable es el PSC, que priorizó a sus amigos soberanistas pensando que habrían claudicado. O es que posiblemente Salvador Illa esperaba otra carambola como la del Ayuntamiento de Barcelona. Otro aviso a navegantes.
De artistas que manejen el Manual de Resistencia en España solo hay uno: Pedro Sánchez. Que veremos cómo sortea el nuevo escenario político tras las europeas y la dimisión, a medias, de su vicepresidenta segunda. La que envía a la gente a la mierda en el pleno del Congreso, pero que no se sabe el camino cuando la ciudadanía le indica que lo coja. Por cierto, hay que ser mala persona para esconderte en una noche electoral y no salir a acompañar a tu candidato cuando da explicaciones. Lo hicieron Sánchez y Díaz, que además se saltaron las primarias para escogerles por el forro.
Teniendo en cuenta, pues, que de artistas del Manual de Resistencia solo hay uno, Pedro Sánchez, empieza mal Salvador Illa si pretende gobernar Cataluña antes de una repetición electoral. Ir de sobrado, menospreciando a los demás, no llamándoles cuando tiene que hacerlo, para pedirles el voto, nunca es una buena cosa. Por mucho que te voten los ciudadanos. Si no que se lo pregunten a Alberto Núñez Feijóo.
De momento, si logra ser investido presidente de la Generalitat, tendrá que gobernar cuatro años con un presidente del Parlament que no es de su confianza. Con una mayoría de la Mesa que no le baila el agua. Dos cosas que pueden complicar mucho la gobernabilidad. Más aún cuando no tienes una mayoría sólida, como es el caso de Salvador Illa.
Que tengamos suerte, con todo. Queridos catalanes, lo que nos toca vivir.
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