¿Hay una edad mínima para pedir una hipoteca? Hablan los expertos
Aunque no sea lo más habitual, muchos jóvenes pueden tener problemas al pedir financiación a los bancos
El acceso a la financiación para adquirir una vivienda cada vez se endurece más, y no solo por las subidas de los tipos de interés. Los bancos también establecen una serie de condiciones para conceder las hipotecas, y entre ellas se encuentran los años del solicitante. En esta ocasión, los expertos se pronuncian sobre la edad mínima que debe tener el interesado.
Por lo general, no suelen establecer un límite por debajo. Eso sí, resulta un tanto extraño que un joven con menos de 25 años disponga de los recursos económicos necesarios para comprar un inmueble. Se entiende que no es solvente y que tampoco cuenta con el ahorro preciso.
Eso sí, cuanto menos edad se tenga, mejores condiciones ofrecerán las entidades financieras. Al contar con más tiempo por delante de vida, también existe la posibilidad de que pueda pedirse un préstamo a más años. En vez de solicitarlo a 25 o 30 años, nos permitirían hacerlo a 40 o 50.
Es evidente que los mayores tendrán más inconvenientes para acceder a la financiación. Los bancos exigen que cuando finalice el plazo de la hipoteca no se tenga más de 70 o 75 años, recoge el comparador financiero HelpMyCash.
En el caso de tener 50 años y solicitar un préstamo hipotecario, es probable que no te dejen devolverlo en más de 20 años. Quieren tener la garantía de que el cliente podrá hacer frente al pago de las cuotas mensuales.
Problemas que se encuentra un joven al pedir la hipoteca
Son varios los requisitos que piden las entidades bancarias para conseguir una hipoteca. Son de carácter general, aunque por sus características pueden perjudicar sobre todo a los más jóvenes.
Contar con al menos el 30% del valor de la casa
Es importante disponer de un dinero ahorrado, en concreto en torno al 30% del valor del inmueble. En estos instantes, los bancos ofrecen como máximo una financiación de hasta el 70-80% del precio del mismo.
No hay que olvidar, además, que un 10% deben ir destinados a abonar los gastos de formalización de la compraventa.
Tener unos ingresos suficientes
Las entidades financieras también hacen hincapié en los ingresos mensuales. Será una manera de confirmar que el cliente puede hacer frente a las cuotas hipotecarias. La petición se aprobará si las mensualidades a asumir no rebasan el 30% del sueldo que gana.
En el caso de ingresar 2.000 euros al mes, la cuota del préstamo no debería superar los 600 euros.
Contar con un trabajo estable
Disponer de una situación laboral estable es otro de los puntos a cumplir. Consideran que solo podrán devolver el préstamo los que cuenten con un trabajo fijo.
Para los empleados por cuenta ajena exigirán un contrato indefinido y una cierta antigüedad en la compañía. Con los autónomos, comprobarán que está al frente de un negocio viable y que ha obtenido beneficios durante al menos dos años.
Historial crediticio
La última condición que imponen es que no haya deudas y si existen que al menos sean mínimas. Se fijarán si tienes contratado otros préstamos y si cumples con tus obligaciones. De apreciar un impago descartarán tu solicitud al considerarte de moroso.
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