Vuelve el mal rollo procesista

Pere Aragonès "no tiene credibilidad". Eso es lo que piensa Junts per Catalunya tras escuchar sus palabras en el debate de política general hoy en el Parlament de Cataluña. Y, por si fuera poco, Carles Puigdemont ha echado más leña al fuego: "Yo no soy de ERC. Por lo tanto, no puedo hablar por lo que diga ERC ni me siento concernido por lo que ERC diga, pacte o deje de pactar. No tiene nada que ver lo que hace ERC con lo que hacemos nosotros.

Ni acercamiento entre los dos partidos procesistas, ni frente común para negociar con Pedro Sánchez, ni objetivo compartido. Sigue la guerra fratricida entre -a priori- compañeros de viaje hacia Itaca. 

Visiblemente enfadada se ha visto a Mónica Sales, portavoz de Junts en el Parlament. Ha exigido a Pere Aragonès que no hable por ellos y que, "todavía menos, no dé nada por hecho". Junts per Catalunya no da tregua al president, pese a que hoy ha querido marcar un tono más nacionalista: "No sabemos si hoy ha confundido el Parlamento con el Congreso y tampoco sabemos si ha hablado como presidente o como coordinador nacional de ERC", dice Sales.

Y es que la formación de Carles Puigdemont no piensa dejar que sea Pere Aragonès el portavoz de la amnistía o el referéndum. El discurso del president de la Generalitat ha sido el de candidato, el de alguien que también quiere jugar la partida en Madrid. Y, claro, Junts no le piensa dar tregua.

Adiós al frente común

Da igual de quién sea la responsabilidad: ERC y Junts son incapaces de ir a Madrid de la mano. Aunque los dos pidan la amnistía y hablen del referéndum. Es una batalla para la foto, para sacar más rédito personal. Y eso debería saberlo Pedro Sánchez, que puede aprovecharlo en beneficio propio. Imagínense trece diputados pidiendo lo mismo al PSOE. 

Porque cuando zipi habla de coordinación entre formaciones, zape se hace el tonto. Y al revés. Cuando Junts pedía un frente común y hasta lista conjunta, Esquerra les tildaba de locos. Ahora, que ERC pide a Junts negociar de la mano, Puigdemont responde que se espabilen. Tal cual, sin términos medios. El procesismo en su máxima expresión.

"Cataluña tiene un Govern aislado, inestable, sin liderazgo, sin proyecto ni ambición de futuro". No son palabras del PSC, del Partido Popular o de Vox. Las ha reproducido la portavoz de Junts, Mònica Sales, demostrando una vez más que la guerra procesista sigue. Y no hay tregua.