Vuelve la censura al Parlament: la Mesa se niega a leer una propuesta de Vox
Cuando el procesismo reivindicaba que ‘en el Parlament se tiene que poder hablar de todo’, se referían solamente a todo lo que ellos querían. El órgano presidido por Anna Erra vuelve a aplicar la censura en un debate sobre inmigración
Cuando los antiguos miembros de la Mesa del Parlament tuvieron que ir a juicio por sus acciones durante el ‘procés’, todos los políticos de ERC, Junts, CUP, Comuns e incluso del PSC repitieron, una y otra vez, aquello de "en el Parlament se tiene que poder hablar de todo". Con una búsqueda rápida en Google, uno se da cuenta de las veces que se llegó a utilizar este mantra para defender a Carme Forcadell y compañía.
Sin embargo, el tiempo ha acabado demostrando que eso no fue más que una muestra del victimismo típico de los procesistas. Porque, cuando se referían a que "se tiene que poder hablar de todo", en realidad se referían a "todo aquello que a nosotros nos interese". Y esta semana hemos tenido una nueva muestra en el Parlament.
El debate sobre la inmigración ha vuelto a la cámara catalana, pero lo ha hecho con censura. La Mesa del Parlament ha vuelto a las andadas en su ofensiva contra Vox, que siguen siendo víctimas de un cordón sanitario que tiene como objetivo silenciar a la formación de Ignacio Garriga (y a los más de 200 000 catalanes que les votaron).
En dicho debate sobre la cuestión migratoria, Anna Erra, presidenta del Parlament, se negó a leer un punto de Vox. En él, se pedía reconocer que la inmigración masiva representa una amenaza para Cataluña. La máxima autoridad de la cámara catalana vetó la propuesta porque “lo considero inadecuado”. En esta ocasión, la militante de Junts creyó que en el Parlament ya no se podía hablar de todo.
La decisión de Anna Erra fue respondida con sonoros aplausos por parte de la bancada de ERC, Junts y también de la CUP. El procesismo, que tanto se ha llenado la boca defendiendo la libertad de expresión, otra vez unido para celebrar que se silencie a los más de 200 000 catalanes que votaron por Vox en las últimas elecciones.
Anna Erra y su obsesión con Vox
Cada vez es más evidente la obsesión de la sustituta de Laura Borràs al frente del Parlament de Catalunya con Vox. Los intentos de silenciar a la formación constitucionalista ya vienen de lejos. La censura que se ha visto esta semana es solo un ejemplo más de las intenciones de Anna Erra de censurar al cuarto partido político más votado en Cataluña.
A finales del año pasado, la máxima responsable de la cámara catalana ya cortó el micrófono a Alberto Tarradas mientras denunciaba la incompatibilidad del islamismo con los valores de occidente. Y más recientemente, Anna Erra censuró a Ignacio Garriga cuando este se refirió a “una manada de extranjeros” que habían violado a una menor de edad. Aunque el líder de Vox simplemente describió los hechos, Erra pidió “hablar con respeto a las personas”, refiriéndose a los violadores en cuestión.
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