Toni Comín, el heredero de Puigdemont que empezó en el PSC y pasó por ERC

Toni Comín forma parte de la corte más íntima de Puigdemont, ergo, le irá bien. Sobre todo ahora que el expresidente ha vinculado la estrategia de Junts a su propia persona y sus decisiones son órdenes. Personalismo político para alargar el procés.

Estas dinámicas clásicamente populistas conllevan entre otras cosas la existencia de un pequeño núcleo de confianza del líder. En ese núcleo figura Toni Comín, compañero de las muchas fatigas que ha pasado el expresidente.

Comín es el cancerbero particular de Puigdemont. En especial dentro del Consell de la República, o sea, del segundo brazo armado del expresidente. Las acusaciones de autoritarismo hacia Comín han sido comunes. Por lo demás, el Consell se ha mostrado en los últimos meses como un perfecto engaño hacia sus afiliados.

Yo, a Barcelona, tú, a Bruselas

El expresidente Puigdemont tenía que elegir y ha elegido. O se presentaba a las autonómicas o se quedaba en Europa. Esto último no era un mal plan: remuneración alta, el altavoz de Bruselas e inmunidad parlamentaria. Pero el adelanto electoral del presidente Aragonès trastocó el plan de Junts de un aterrizaje suave y progresivo para Puigdemont desde Europa hasta las autonómicas, que en teoría debían ser en 2025.

Puigdemont no ha tenido más remedio que presentarse como paladín del independentismo para hacer frente al independentismo de ERC. Particularidades de la política catalana.

Sea como fuere, esto le ha obligado a reescribir las listas del partido para las próximas europeas. En Junts todo se hace a imagen y semejanza de Puigdemont. Y su dedo ha decidido poner un triplete de radicales para el 9 de junio. Neus Torbisco y Aleix Sarri van de dos y tres, respectivamente. El número uno del podio es Toni Comín.

La carrera de Comín

A Comín le acusan de tener “poca cultura de partido”. Pero en realidad se trata de cultura de Junts porque, de partidos, Comín sí que tiene cultura. El guardaespaldas ideológico de Puigdemont nada menos que ha pasado por dos partidos más y que, ahora, representan la perfecta competencia electoral de Junts con permiso de Aliança Catalana: el PSC y ERC.

En 2003, Comín debuta de independiente con Pasqual Maragall y, poco después, se afilia al PSC. Cuando estaba con los socialistas orbita en torno a los sectores más nacionalistas del partido. En 2014 abandona el PSC y un año después ficha por ERC, que lo diluye en la candidatura conjunta de Junts pel Sí.

Allí conoce a Puigdemont (institucionalmente hablando), que lo nombra Consejero de Salud. Pero el artículo 155 le destituye de este cargo. Es entonces cuando huye de España con Puigdemont y se afianza su relación personal y política, siendo el principal resultado  de esta que en 2019 consigue encadenar otro cargo como eurodiputado.