Todos ganan, todos pierden
Puede haber investidura en una semana, pero el pacto no beneficia ni a independentistas ni al PSOE
Debemos hablar claro: el pacto para la investidura de Pedro Sánchez ya está hecho y antes del 15 de noviembre habrá nuevo Gobierno de coalición. La foto del número tres del PSOE con Carles Puigdemont lo certifica y todo el mundo de por cerrado el acuerdo con Junts. Ya se asumía el pacto con ERC, el BNG, Bildu y el PNV, así que se han cumplido los pronósticos y Pedro Sánchez mantendrá la Moncloa.
Es evidente: Sánchez y el PSOE son los ganadores de la historia. Convocaron elecciones en mayo tras la debacle socialista en las municipales y solo ellos creyeron en un milagro que se cumplió. El presidente de la siete vidas sigue desafiando la lógica política y mantendrá el cargo pese a perder las elecciones generales frente a un desubicado Alberto Núñez Feijóo.
Y, claro, Carles Puigdemont es el otro ganador. Volverá a Cataluña sin tener que responder antes la justicia y rehabilitado como actor político. Puigdemont es ahora un hombre de Estado, encargado de la estabilidad de la política española y con opciones de volver a jugar un papel importante en clave catalana. Se acabó Waterloo, se acabó Llarena - o eso parece-: Puigdemont vuelve a casa, ya veremos si por Navidad.
Otro que quizás ha ganado es Pere Aragonès. Por lo menos tiempo, otra vida extra para mantener la Generalitat con solo 33 diputados de 135. Con el acuerdo de investidura y ante una legislatura complicada, ERC mantendrá el Palau a corto plazo, que ya es mucho. Todos ganan, pues. Y, aunque parezca una contradicción, todos empiezan a perder.
Un éxito a corto plazo, una derrota que justo empieza
El pacto entre el PSOE, Junts per Catalunya y Esquerra solo se puede entender en el cortoplazismo de la política. Solo importa hoy, el cargo, las ventajas que uno consigue para los próximos cuatro años. Solo importa la legislatura, mantener a los tuyos al resguardo del sueldo público.
Pedro Sánchez sacaba pecho antes de las generales de no haber otorgado la amnistía. Si ahora la concede es puro tacticismo. Consigue mantener el Gobierno, pero encarará una legislatura complicada y un debate interno que se irá en aumento. Tiene la suerte que su rival, Alberto Núñez Feijóo, no encuentra su sitio, pero a Sánchez no le bastará con esto.
Tendrá además que lidiar con una Yolanda Díaz que aún quiere más impuestos y más ayudas, mientras Europa pide más recortes y austeridad. La inflación ha llegado para quedarse y la economía española no puede mantener todo lo que el pacto de Gobierno propone. Tocarán recortes y Pedro Sánchez los tendrá que asumir quera o no.
Junts y ERC, adiós al Procés
Si quedaba alguna duda, ya está despejada. Carles Puigdemont renuncia a la unilateralidad, al Procés y al uno de octubre. Pactar con el PSOE lo certifica, diga lo que diga el expresident.
Se le avecinan curvas a Puigdemont. Volverá a Cataluña y gozará de la empatía de los que simpatizaron con el uno de octubre y consideran injusta su situación. Pero a medio plazo su posición política queda tocada. El acuerdo de Junts con el PSOE simboliza el fin de una era y el priorizar una situación personal a la independencia. Totalmente comprensible, oiga, pero alejado de lo que se prometía antes del 23J.
Carles Puigdemont vuelve, pero pierde la centralidad independentista. Provocará nuevas listas indepes al Parlament y va a tensionar a su partido, que ha vivido de la confrontación durante seis años. Lo intentará disimular, pero la realidad siempre manda.
En la ecuación de la investidura, ERC es la que menos gana y la que menos pierde. Su problema es que viene ya de varias derrotas electorales y su posición es cada vez más frágil. Ya no les servirá ese -Y tú más a Junts, nuevo socio de su socio.
Los problemas en ERC no vendrán estrictamente derivados de la investidura. Su situación les obliga a pactar con Pedro Sánchez para mantener la Generalitat, de modo que poco pueden hacer. Y es aquí donde está la llave del problema: la poca capacidad para incidir, para hacer, para cambiar las cosas.
La investidura de Pedro Sánchez traerá beneficios a corto plazo para el PSOE, ERC y Junts, es evidente. Los problemas llegarán a partir del primer día de la investidura, pero, lamentablemente, esto ahora en política ya no importa.
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