Una mujer de pie hablando en un micrófono en un entorno formal con varias personas sentadas detrás de ella.
POLÍTICA

Sílvia Orriols explota la contradicción de la izquierda con el islam y el feminismo

La alcaldesa de Ripoll pone el dedo en la llaga y denuncia la connivencia del progresismo con el islam

El pasado lunes, día 25, el Ayuntamiento de Ripoll organizó una mesa redonda “contra la imposición del velo islámico”. La mesa contó con la presencia de Saray Afia, Brahim Yaabed, Marina Quintana y la alcaldesa Orriols, que actuó como moderadora. Poco después de la sesión, Orriols señaló que la voluntad de esta jornada era “denunciar el auge de este elemento misógino y vejatorio”.

La fecha escogida no fue una casualidad, sino que se hizo coincidir con el día contra la violencia de género. Esto tiene una trascendencia política y estratégica más grande de lo que puede parecer en un principio. Y es que Orriols ha encontrado en su dura crítica al islam un modo de explotar las contradicciones progresistas y hacerse un hueco dentro del discurso feminista:

De hecho, esta mesa redonda no es la primera ocasión en la que Orriols carga con mucha dureza contra el islam en general y el velo en particular. Ha sido la propia Orriols la que ha dicho ser “islamófoba” ante lo que ella define como una “ideología político-religiosa”. Hemos oído sus críticas incluso en sede parlamentaria, en referencia, por ejemplo, al velo que lleva la diputada de ERC, Najat Driouech.

Una mujer sentada sola en un auditorio con asientos rojos y detalles de madera.

Orriols pone el dedo en la llaga

Esta estrategia de confrontación directa contra el islam - poniendo especial énfasis en la marcada misoginia de esta religión - le ha funcionado bastante bien a Orriols. Es habitual que sus críticas tengan como respuesta comentarios muy airados por parte de los sectores de izquierda. El problema es que estos mismos sectores después tienen que pasar de puntillas sobre algunas polémicas muy delicadas. En el pasado hemos asistido a varios ejemplos.

Hace alrededor de un año, por ejemplo, ERC tuvo que borrar algunas publicaciones en las que felicitaban fiestas musulmanas que segregaban entre hombres y mujeres. Y más recientemente, todos los partidos de izquierdas guardaron un sugestivo silencio sobre el Congreso Islámico que se iba a celebrar en Torredembarra. Como desvelaron las redes sociales y la prensa, este Congreso contaba con la presencia de personas que habían proferido comentarios misóginos, como que las mujeres que se perfuman son “fornicadoras”.

Interior de una mezquita con alfombras rojas y columnas decorativas

De esta manera, Orriols pone el dedo en la llaga que ahora mismo tiene gran parte del progresismo en Europa, que es intentar cuadrar la multiculturalidad con el islam. Y sobre esta cuestión, hay que recordar que en Ripoll todavía está muy presenta la cuestión del islamismo radical. Como es sabido, los terroristas de los atentados de las Ramblas salieron de Ripoll y parecían jóvenes integrados.

Finalmente, también hay que resaltar que Cataluña sí tiene en proporción una comunidad musulmana numerosa y creciente. Junto con otros muchos factores, esto explica que Cataluña albergue gran parte de la actividad antiterrorista de España. Al margen de que las versiones más radicales del islam que hay en el Estado se propagan desde Cataluña, que concentra el 80% de los oratorios salafistas.

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