Una mujer con chaleco naranja habla ante varios micrófonos de diferentes medios de comunicación rodeada de personas en un evento al aire libre.
POLÍTICA

Empieza la guerra por controlar el movimiento de la vivienda en Cataluña

El Movimiento Socialista saca la cabeza para disputar el protagonismo al Sindicat de Llogateres

El movimiento de la vivienda se ha convertido en un caramelo para los partidos de la izquierda catalana en retroceso. ERC, Comuns y la CUP intentan capitalizar el descontento social en torno a los alquileres para frenar su propio proceso de decadencia. Pero no lo tendrán fácil, porque en la manifestación se evidenció una gran distancia entre los partidos políticos y los sindicatos de la vivienda que quieren hacer la guerra por su cuenta.

Las entidades ven a la izquierda institucional, es decir los partidos, como responsables de la traición a los movimientos sociales y culpables de la crisis de la vivienda. Especialmente los Comuns, que han gobernado Barcelona ocho años sin que sus políticas hayan conseguido mejorar nada. Por eso los organizadores de la manifestación se esforzaron en marcar distancias con los partidos políticos y presentarse como un movimiento autónomo propiedad de la gente y de los movimientos sociales.

Una multitud de personas participa en una manifestación sosteniendo pancartas con mensajes en catalán en una calle arbolada.

Otra cosa es la realidad, y es que lo quieran o no los movimientos sociales necesitarán tarde o temprano a los partidos políticos para articular sus demandas en una regulación favorable a sus intereses. Para montar una huelga de alquileres no necesitan a los partidos, pero esta es una medida puramente reactiva y sin mucho recorrido a largo plazo. Si lo que quieren los sindicatos de la vivienda es una solución estructural del problema, entonces no tienen más remedio que cambiar la legislación y eso se hace en los parlamentos a través de las correas de transmisión, que son los partidos.

Tampoco hay que olvidar que estos propios sindicatos han nacido de una u otra forma vinculados a los partidos y sus espacios. Y aquí es donde está empezando a haber una guerra soterrada para hacerse con el control del movimiento.

Cupaires contra Comuneros

En el movimiento hay dos grandes espacios, el que ocupa el Sindicat de Llogateres (SLl) y el del Sindicat de l'Habitatge Socialista de Catalunya (SHSC). Aunque ambos se definen como autónomos, el primero nace en la órbita de los Comuns mientras que el segundo está vinculado al Movimiento Socialista que surge de la izquierda independentista, o sea, de la órbita de la CUP. 

El Sindicat de Llogateres nació de la confluencia de una serie de organizaciones controladas por los Comuns en Barcelona, es decir, el colauismo. Entre ellas destacan la Plataforam de Afectados por la Hipoteca, el Observatorio DESC y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). 

El Sindicat de l'Habitatge Socialista de Catalunya surgió de la unión de varios sindicatos de la vivienda en Barcelona, y ahora mismo está controlado por el Movimiento Socialista. Esta es una escisión radical de la izquierda independentista catalana, que propone cambios revolucionarios frente al reformismo institucional. 

El Sindicat de Llogateres es un sindicato más transversal que propone intervenir el mercado de la vivienda para regular en favor de las clases trabajadoras. El Sindicat de l'Habitatge Socialista de Catalunya considera que no basta con intervenir el mercado y regular, sino que hay que cambiar de raíz el modelo social y económico. El Sindicat de Llogateres ha sido el protagonista indiscutible de las movilizaciones hasta ahora, y por eso el Sindicat de l'Habitatge Socialista de Catalunya ha salido marcando terreno.

Vivienda gratuita y universal

Con un artículo en El Crític, la portavoz del sindicato radical de la vivienda, Marina Parés, propone ir más allá de la rebaja del precio de los alquileres. Puesto que el Sindicat de Llogateres propone rebajar el 50% los alquileres, el Sindicat de l’Habitatge Socialista de Catalunya exige “una enmienda total al modelo de sociedad” para avanzar hacia “una vivienda gratuita y universal”.

Es evidente que el Sindicat de Llogateres ha conseguido hegemonizar las movilizaciones y que estas hagan suya su principal demanda, la rebaja por ley del precio del alquiler. Por eso el sindicato socialista dice que es "urgente" señalar los límites de esta propuesta: "rebajar los precios del alquiler puede ser una victoria significativa", afirman, "pero tiene que orientarse hacia la batalla por el acceso grauito y universal a la vivienda, o lo que se ha conseguido solo será una mejora temporal".

Mientras que el SLl habla con un lenguaje asumible para amplios sectores sociales, el SHSC utiliza una retórica más cerrada que habla de "alternativa socialista al modelo capitalista actual" y de "organización de la clase obrera". El artículo es un claro desafío por el control del movimiento de la vivienda que acaba de estallar. De ahí su título, "se acabó, pero esto acaba de empezar".

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