Un grupo de personas camina por un pasillo con cortinas rojas, llevando carpetas y libros.
POLÍTICA

El PSC y la CUP, más cerca que nunca

Los anticapitalistas aparcan el 'no a todo' para negociar los presupuestos con mano tendida

El PSC podría obtener tres votos más, inesperados, para aprobar los presupuestos de 2025. Se trata de los cuatro diputados de la CUP, que se ofrecen para apoyar la cuentas siempre que los socialistas asuman algunas de sus exigencias. Esto supone un punto de inflexión en la estrategia de la CUP, que tras el Procés de Garbí abandona el “no a todo” para intentar ser un instrumento útil e influyente en la política catalana.

Según ha avanzado NacióDigital, el Govern del PSC y la CUP se reunirán este jueves para abordar el posible apoyo de los anticapitalistas a los presupuestos. Pero es significativo que el primer paso lo hayan dado los cupaires. De hecho, la formación que lideran Laia Estrada y Laure Vega era la única a la que los socialistas no habían tanteado. 

Dos personas en una conferencia de prensa al aire libre con un micrófono y un cartel que dice

En una entrevista publicada el domingo, el secretario general de la CUP, Non Casadevall, mandó un señuelo a los socialistas diciendo que “presuponen fatal si creen que no queremos negociar”.

Este lunes, el departamento de Economía del Govern que lidera Alícia Romero se puso en contacto con los anticapitalistas para cerrar una reunión de acercamiento. Será este jueves, cuando el PSC podrá presentar su propuesta a la CUP y estos expondrán sus exigencias. Los anticapitalistas asisten a la reunión con la mano tendida, convencidos de que es la única forma de forzar un giro a la izquierda del gobierno catalán que preside Salvador Illa.

Las exigencias de la CUP al PSC

La CUP inició este legislatura presentándose como la única oposición de izquierdas al gobierno del PSC apoyado por ERC y los Comuns. El declive de la formación, que ha pasado en pocos años de diez a cuatro escaños, responde precisamente a su estrategia de autoaislamiento en el Parlament. Con la voluntad de volver a ser decisivos en la política catalana, ahora tienden la mano para condicionar los presupuestos con sus exigencias.

En su entrevista, Non Casadevall dejó claro que “si la CUP no pone encima de la mesa determinadas cuestiones” no lo hará nadie: “¿Quién hará de izquierda cuando nadie está haciendo políticas de izquierdas”.

Plano medio de Laia Estrada hablando desde un escenario con una mano medio levantada y de fondo varios dirigentes de la CUP como Laure Vega o Xavi Pellicer con cara triste

La CUP está dispuesta a romper su veto al PSC, formación que considera en las antípodas por su carácter españolista y de derechas. Esto tendrá un coste para los cupaires de cara a su electorado. Pero a cambio esperan poder incidir en un giro radical a la izquierda del Govern frente a las soluciones "reformistas" que según los cupaires proponen Esquerra y los Comuns.

En este sentido, la CUP expondrá este jueves tres grandes demandas al PSC en materia de vivienda, trabajo y lengua catalana. De momento no han desvelado los detalles de sus exigencias, pero sí han avanzado que serán propuestas radicales para transformar tres realidades que consideran urgentes. 

Vivienda, trabajo y catalán

El primer objetivo de la CUP es adelantar a los Comuns con el tema de la vivienda y capitalizar así el descontento social mostrado este 23-N en la mani por los alquileres. La CUP desconfía de la construcción de vivienda pública prometida por Salvador Illa en el debate de política general, y pondrá encima de la mesa algunas de las propuestas de su programa. Entre otras, la regulación de los precios del alquiler en función de los salarios y no del mercado.

Otro ámbito en el que quieren incidir es el de la industria, recuperando el modelo industrial de su programa. La CUP aspira a la superación del modelo neoliberal mediante la planificación, es decir, que el gobierno intervenga en lugar de dejar la industria en manos del mercado. En su programa plantean una mayor participación de los trabajadores, una apuesta por el desarrollo tecnológica y un modelo ecosocialista y de economía circular.

Así mismo, la CUP quiere llevar al PSC a posiciones más comprometidas con la lengua y la cultura catalanas que consideran en peligro de desaparición. Una de sus propuestas, que ya formuló la semana pasada en la Comisión de Política Lingüística en el Parlament, es sancionar y despedir a los sanitarios que se nieguen a hablar catalán con sus pacientes. 

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