Montaje Pedro Sanchez y Maria Jesus Montero cara a cara

POLÍTICA

La Seguridad Social no llega ni con los traspasos del Estado

La tensión que acumula la Seguridad Social es tan alta que ni los préstamos del Estado pueden maquillar su déficit

En marzo se presentarán las cuentas de la Seguridad Social. Y menos que se les ocurra otro juego de cartas contable los datos serán muy reveladores. Según indican las proyecciones, ni los préstamos del Estado podrán esconder el déficit real de las pensiones.

Traspasos y cotizaciones: o sea, impuestos

Igual que puede reflejar una realidad económica, la contabilidad puede esconderla. O mejor aún (o sea, peor): la contabilidad puede esconder una verdad sin decir ninguna mentira. A nivel ‘macro’, la Seguridad Social es un caso paradigmático.

Si la Seguridad Social no presenta déficit es porque recibe traspasos del Estado. Y los traspasos del Estado van a cargo de los presupuestos, o sea, de los impuestos. Esto significa que se puede camuflar la situación real de las pensiones a golpe de chequera.

Pero el sistema soporta tanta tensión que, aún y con estos traspasos, todo apunta a que las próximas cuentas de la Seguridad Social no podrán maquillar el déficit. La contabilidad no da para más y el motivo está a la vista: el 2023 fue el año de llegada de los ‘boomers’ al sistema de pensiones. Y lo cierto es que este artificio contable no es especialmente sofisticado, es más, es evidente.

La Seguridad Social presenta sus cuentas como si los traspasos del Estado fueran ingresos propios, es decir, presentan ese dinero como si no hubiera llegado desde fuera. Ejemplo: en 2022, la Seguridad Social presentó un déficit de 7.032 millones de euros. Pero como ha explicado Fedea, si no fuera por los traspasos, ese déficit sería casi ocho veces mayor: 54.625 millones de euros.

Ni con todos los parados de España cotizando

Mientras dure, la sostenibilidad del sistema de pensiones se va a alargar mediante dos herramientas. Los traspasos del Estado - impuestos corrientes - y aumento de las cotizaciones a la seguridad social. En tanto que ambas herramientas son lo mismo - subir impuestos - la diferencia es algo así como diferenciar entre que te saquen sangre de un brazo o del otro.

Pero lo interesante es la situación real del sistema, es decir, tomar papel y boli y hacer los números. Y según el BBVA y el Ivie, para que el sistema fuera sostenible por sí solo - sin contar la llegada de los ‘boomers’ - hacen falta 3,78 millones de cotizantes más. Ni con todos los parados de España cotizando se cuadrarían las cuentas. Es más, los buenos resultados del empleo en 2023 no han sido suficientes para controlar el déficit. 

¿Cuál es la conclusión? Que la tensión del sistema pensiones es tan alta que ni los artificios contables pueden disimularla. Ahora bien, lo más preocupante es la burbuja económica y social que genera esta dinámica. O lo que es lo mismo: si pasa algo y la realidad se impone, no será agradable