Los boomers empiezan a jubilarse: 2023, año de récord en pensiones
Y también lo será el 2024: la dinámica estructural del sistema de pensiones proyecta un aumento constante del gasto
Los ‘boomers’ se jubilan y la incertidumbre se pone a trabajar. Este año se ha disparado el gasto en pensiones y se prevé lo mismo para el siguiente. España toma así un camino financiero del que no sé sabe su destino.
El dato del año
Cifras de récord con sus explicaciones a la vista: este año, las pensiones han costado 170.800 millones de euros. En apariencia, el motivo es la inflación: revalorizar las pensiones ha disparado sus costes. Pero de fondo late una dinámica estructural: pensiones, en efecto, vinculadas al IPC y un invierno demográfico marcando el compás.
Estos son los dos factores que empujan al alza el gasto en pensiones. El demográfico no da lugar a dudas y, hasta que deje de estarlo, la vinculación al IPC se mantendrá. Esto es lo que ha llevado al ‘think-thank’ FUNCAS a considerar el gasto en pensiones como “dato del año”:
En tanto que estructural, el sistema de las pensiones permite predicciones: si este año ha sido de récord, también lo será el siguiente, explica FUNCAS. Aunque la revalorización de las pensiones en 2024 vaya a ser menor, no será suficiente para detener el alza. El cálculo aproxima en 10.000 millones de euros más el gasto en pensiones: la misma cantidad que este año el Estado le ha prestado a la Seguridad Social.
¿Cómo se paga?
Si hasta 2050 se prevé un aumento constante de las pensiones, la pregunta en el aire es cómo se van a pagar. El Gobierno dice que es posible y ha hecho un plan a casi 30 años vista que le ha pasado a Europa. Este plan contempla un determinado escenario demográfico y económico sin interrupciones.
La economía crecerá un 2,1% durante 17 años seguidos y la inflación estará en el 2% durante 40 años. La tasa de paro bajará al 10% y, 15 años después, al 6%, y la tasa de empleo entre la gente mayor se cuadruplicará. La fecundidad aumentará a 1,22 hijos y llegarán 250.000 inmigrantes al año.
Hay que tener presente que, en realidad, la Seguridad Social no es un sistema separado dentro del Estado. Esto significa que el Estado puede recortar de cualquier otra partida para destinarlo a la Seguridad Social. Es decir, una redirección de impuestos: hace mucho que la Seguridad Social vive de traspasos del Estado.
Contablemente, las subidas de impuestos a la Seguridad Social (aumentar las cotizaciones y destoparlas) sí van destinadas a las pensiones. Pero económicamente no, porque quien recibe el dinero (el Estado) es el mismo, aunque sea en un bolsillo o en otro. A su vez, el Estado vive cada vez más de la deuda, que es un pasivo con cargo al futuro, es decir, un impuesto que se cobrará mañana. La viabilidad del sistema de pensiones, en fin, es un caso particular de la viabilidad general del Estado.
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