Salvador Illa barre a Puigdemont y el procecismo sufre su peor derrota
ERC y la CUP se hunden: solo el tripartito suma en un Parlament con Aliança Catalana dentro
El efecto Puigdemont ha quedado en una percepción amplificada por las redes sociales. Salvador Illa ha hecho buenos los pronósticos, ha superado los 40 diputados —con 42 escaños— y ha certificado a priori la defunción del procesismo. El descalabro de ERC, que ha quedado con 20 diputados, y el de la CUP, que ha bajado a 4 escaños, aleja una mayoría procecista al Parlament.
Ha sido la noche de Salvador Illa. El PSC se ha aproximado al 30% de los votos, logra 42 diputados y podría pactar o bien con Junts o bien con ERC y los Comuns. El tono moderado de Illa, las llamadas al sentido común de los socialistas y los apoyos de gente como Miquel Roca o Miquel Sámper han situado al PSC en la centralidad.
Hay que reconocer que han sabido leer bien el contexto y han frenado un Puigdemont al alza. El resultado del expresident no es malo, con 36 diputados. Pero pese al descalabro de ERC solo suma 4 diputados más y no hay opción posible de que sea investido.
La irrupción de Sílvia Orriols también muestra las flaquezas de Junts, que ve como un partido nuevo, sin dinero y sin presencia en los medios, entra con dos diputados y se queda a las puertas de sacar hasta 5.
Carles Puigdemont podrá sacar pecho y decir que él, a diferencia de ERC, ha hecho los deberes. La realidad es que su apuesta del todo o nada le ha salido rana y solo una más que posible repetición electoral lo puede mantener en política.
Noche de caras largas a la izquierda del PSC
Si hay un perdedor claro es la izquierda más allá de los socialistas. Tanto ERC, como Comuns y la CUP han sufrido un duro retroceso electoral. Es evidente que es más duro para los republicanos, que llegaban gobernando en solitario la Generalitat y que se llevan un correctivo histórico.
Pere Aragonès ha perdido 13 diputados, ha quedado deslegitimado para liderar Esquerra y su futuro parece estar lejos de la política. Su generación, con Tània Verge, Marta Vilalta, Sergi Sabrià y compañía, han tenido la oportunidad de mandar en el Govern y las urnas los han castigado sin paliativos.
Algo similar ha sufrido la CUP, que se queda con tan solos 4 diputados, perdiendo más de la mitad de su representación y sin escaño en Lleida y Tarragona. De hecho, en Barcelona lo ha salvado por los pelos, sacando poco más del 3% de los votos. Algo similar le sucede a los Comuns, que se quedan tan solo con diputados en Barcelona y demuestran que más allá de la AMB no existen.
Es evidente que Cataluña ha querido castigar a las izquierdas más allá del resultado del PSC. El voto a Salvador Illa es evidentemente en parte ideológico, pero recoge también apoyo del nacionalismo, del constitucionalismo y hasta de una clase empresarial que vota por intereses. El electorado catalán se aleja de la izquierda tras el Procés, sin lugar a dudas.
Los otros ganadores de la noche
Más allá de Salvador Illa, el PP de Alejandro Fernández es el otro vencedor de esta cita electoral. Gana doblemente: de un lado pasa de 3 a 15 diputados y del otro supera claramente a Vox en su lucha interna. Alejandro sale reforzado tras su pulso a Feijóo y queda legitimado hasta para afrontar una repetición electoral si es el caso. Es más, pasa a ser un actor importante en el Parlament.
Hay que destacar los 11 diputados de Vox, que mantiene representación en un contexto difícil a nivel nacional. Ignacio Garriga pierde frente Alejandro, pero supera de largo a Comuns y la CUP y afianza su electorado en Cataluña.
El otro gran ganador es Aliança Catalana, que entra en el Parlament con 2 diputados. Es más, se han quedado a las puertas en Barcelona, donde no han logrado 2 diputados por los pelos. Quizás las perspectivas de Orriols eran mayores, pero entrar en el Parlament sin presencia en los medios y sin dinero detrás es una hazaña.
Es más, si hay repetición electoral, puede ser el momento para Aliança, que tiene a tocar el segundo diputado en Girona y los tres en Barcelona.
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