Montaje con dos primeros planos de Carles Puigdemont y Pedro Sánchez sonriendo
POLÍTICA

El regalo a Junts que casi asegura la investidura de Pedro Sánchez

Junts per Catalunya tiene ya grupo propio y se asegura 2 millones de euros que no querrá perder

Parece que las rebajas de este verano de 2023 serán históricas en la sede del PSOE. Todo vale para poder contar con los votos de Carles Puigdemont y hasta se le han cedido dos diputados socialistas para que Junts tenga grupo propio. Lo nunca visto: cargos electos del PSOE ayudando al partido de Míriam Nogueras para tener privilegios en el Congreso que no se ganaron en las urnas.

Gracias al gesto del PSOE, aparentemente sin nada a cambio, Junts per Catalunya contará con un presupuesto de más de 40.000 euros mensuales, más asesores y tiempo en las intervenciones. En definitiva: dos millones de euros que van muy bien para un partido que ya casi no gobierna en ningún sitio y mantiene estructuras de la antigua Convergencia. 

Lo curioso del caso es que sea el PSOE quien ceda dos diputados a Puigdemont para tener grupo propio. Sumar ha hecho lo propio con ERC, pero tal es la ambición de Pedro Sánchez que le da igual ya cualquier foto con el hombre reclamado aún por la justicia española. Todo vale para la investidura y aquí cada uno juega sus cartas. También Junts, que ya tiene un dinero en el bolsillo antes de negociar la investidura. Porque, no nos engañemos, aquí radica la clave del asunto.

Plano medio de Pere Aragonès con cara de asco y Carles Puigdemont hablando

Los 2 millones de euros para Junts que casi aseguran la investidura de Pedro Sánchez

Parece ya casi imposible que Junts y ERC no voten a Pedro Sánchez. Solo un cambio de guion imposible con el PNV podría alejar al PSOE de la Moncloa. Seamos sinceros: olviden la dialéctica, las actuaciones de Puigdemont y los suyos y las proclamas vacías. Junts per Catalunya acabará votando a Sánchez para poder estar cuatro años cobrando en el Congreso. Así de simple, así de triste.

Votar en contra de Sánchez implicaría volver a la casilla de inicio y empezar un nuevo ciclo electoral. Los dos partidos procesistas saben que las perspectivas electorales no son buenas, por lo menos no mejores que las del 23 de julio. Ahora tienen grupo propio, dinero directo y una posición de cierto privilegio.

ERC puede soñar con mantener la Generalitat a cambio de no dejar caer a Pedro Sánchez. Junts per Catalunya sabe que tiene a mano la vuelta de Puigdemont, algo improbable hace unos meses. Si le sumas las condiciones en el Congreso, blanco y en botella. O como dirían en las películas: todo el mundo tiene un precio y PSOE y Podemos parece que ya saben cuál es de los procesistas. Ahora ya es solo cuestión de tiempo.

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