montaje con las fotografías de jordi Turull y Gabriel Rufián con Pedro Sánchez de fondo
POLÍTICA

El procesismo se pasa de frenada

Junts y ERC ponen nuevo precio a la investidura: avances por un referéndum

ERC y Junts per Catalunya se han venido arriba. El procesismo sigue en esa tónica de coger el brazo cuando le dan la mano y ahora ya no solo piden la amnistía. Las dos formaciones han acordado que no habrá investidura sin avances por un referéndum. Seamos sinceros: es mucho más posible ir otra vez a elecciones que ver a Sánchez pactar una consulta o asumir que se puede llegar a hacer.

El procesismo se pasa de frenada en su competición interna para ver quien parece ser más indepe y quién se baja antes del coche en marcha antes de chocar. Así empezó el uno de octubre, así estamos ahora. De momento Salvador Illa ha sido el primer socialista en recordar a Junts y ERC que si hace falta volvermos a elecciones. Se abre, pues, un escenario incierto, provocado por el procesismo y de difícil solución.

Es imposible que el PSOE pacte un referéndum ni deje la puerta abierta a negociarlo. Otra cosa es que se vote un nuevo Estatut y los procesistas lo disfracen a su manera. Pero ni Sumar se abre ahora mismo a volver al 2017. Es algo pasado y para Pedro Sánchez sería dar gasolina a todos los sectores que ya le piden que no pacte la amnistía.

Montaje con fotos de medio cuerpo de Mireia Vehí de la CUP, Oriol Junqueras de ERC y Carles Puigdemont de Junts

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont parece que no acaban de entender que solo suman 14 diputados de 350 y que han perdido unos cuantos por el camino. El botín de la amnistía ya es mucho mayor que lo soñado hace cuatro meses. Se irán de rositas tras lo sucedido hace seis años y no habrá pasado nada. Pues sus intereses personales, su batalla electoral les hace tensar una cuerda que si se rompe, ellos son los principales damnificados.

Es evidente que Pedro Sánchez prefiere no ir a elecciones. Pero, seamos realistas, las perspectivas del PSOE no son malas. Lo más previsible es que los bloques no se muevan y que los socialistas puedan subir algún escaño a costa de los nacionalistas. Si alguien tiene algo a perder es, sobre todo ERC, y Carles Puigdemont.

Tensar la cuerda y subirse al monte alejaría la amnistía y dejaría a Waterloo sin poder volver. Provocaría probablemente nuevas elecciones en el Parlament, donde sería muy difícil que ERC mantuviera la presidencia. Otras generales quizás obligarían al PSOE a mirar hacia otro lado y eliminar a los procesistas de su ecuación.

"Seamos claros en eso. Todo lo que vaya en la línea de profundizar en la división de la sociedad catalana es un camino equivocado y no daremos ni un paso por este camino. Con nosotros no se puede contar", decía hoy Salvador Illa. Los socialistas se están cansando de las exigencias de ERC y Junts. Han tardado un poco, pero parece que empiezan a decir basta. Veremos si gana la coherencia o las ganas de Pedro Sánchez de ser presidente.

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