Pedro Sánchez intenta iniciar la cuenta atrás

¿Se acuerdan ustedes de María y Ricky Martin? ¿Y de sus pasitos para adelante y para atrás?. Pues eso, justo, es lo que le ha pasado a Pedro Sánchez este 28 de septiembre. ¿Cómo ha sido? Pues el baile de la yenka ha comenzado por la mañana, en un encuentro con eurodiputados socialistas celebrado en Madrid.

Ante ellos, y después de decirles que les invitaba a “asistir en tiempo real a la derrota de la propuesta reaccionaria de PP y Vox”, ha dicho algo más. Ese algo más es toda una declaración de intenciones: “este país se dispone a repetir gobierno de coalición progresista de aquí a poco”.

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La expresión “este país” hizo cierta fortuna entre las autodenominadas fuerzas progresistas durante los años de la transición para referirse a España y evitar así con ello pronunciar dicho término.

¿Y por la tarde?

Pues por la tarde, y en eso parece que no reparó Sánchez, seguía en Barcelona el Debate de Política General. La sesión del Parlament concluyó con un desenlace previsible pero con el que, parece, nadie contaba en Moncloa. ¿Cuál fue? Pues, en concreto, un texto pactado por ERC y Junts per Catalunya en forma de propuesta de resolución conjunta.

En ella, se insta al Parlament a “dar su aval” para algo muy serio. En concreto, para que los “partidos catalanes” no apoyen la investidura de Pedro Sánchez si “no se compromete a trabajar para hacer efectivas las condiciones para celebrar un referéndum de autodeterminación. La Propuesta se votará este viernes 29 de septiembre a partir de las nueve de la mañana.

 

¿Y el pasito hacia atrás?

Dicho paso llegó cuando ya había anochecido y, aunque no lo dio Sánchez, si lo dio su partido. PSC y PSOE emitieron un “comunicado conjunto” en “relación con la resolución presentada por Junts y ERC en el Parlament. En el texto, literalmente, indican que su “voluntad” es “apostar por el diálogo como la única forma de garantizar el progreso y la convivencia en Cataluña”. 

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Ese diálogo, indican PSC y PSOE en su comunicado, “ha de servir para superar la división y no para profundizar en la ruptura y la discordia que tanta tensión generó”. Concluyen, además, señalando que “por ese camino, no hay avance posible”. El  pasito hacia atrás es evidente pero, ¿saben que problema hay? Pues uno y muy claro: quien “sigue apostando” por algo es, principalmente, porque cree que está en un juego. Y una investidura, que se sepa, no tiene nada de eso.