Pere Aragonès dispara con bala contra Carles Puigdemont
Responde a las duras críticas de Junts y les devuelve el golpe: la amnistía ya estaría aprobada si no fuera por el 'retraso en el tiempo' de Junts
Con el adelanto de las elecciones, Aragonès ha pillado por sorpresa a todos los partidos. Aunque el objetivo no declarado era Junts y, más en particular, Puigdemont. De hecho, una de las primeras reacciones al anuncio del adelanto fue la de Jordi Turull. El secretario general de Junts acusó a Aragonès de ‘sectarismo’ y ‘cálculo electoral’.
Por su parte, Aragonès aprovecha su nueva posición de fuerza y le devuelve el golpe a Junts por partida doble. La ley de amnistía, dice, ya estaría aprobada si no fuera por los “retrasos” de Junts. Y sobre la candidatura de Puigdemont, Aragonès la relativiza y deja caer que “en 2021 ya fue candidato y quedó tercero”.
Junts tiene prisa
Cualquiera diría que el presidente Aragonès ya tenía la jugada pensada. Lo que está claro es que, a diferencia de Junts, a él no le ha pillado por sorpresa su propio adelanto de las elecciones. Los neoconvergentes ven como de repente se tambalea su plan de tener todo el tiempo del mundo para traer de vuelta a Puigdemont.
Ayer, el secretario general de Junts no tuvo más remedio que huir hacia adelante y empezar la campaña electoral. Turull acusó a Aragonès de “sectarismo” y “cálculo electoral” y lo calificó de “gobernador civil”. Por otra parte, habló de Puigdemont sin referirse a él explícitamente y dijo que Junts presentará un candidato que tenga “al país en el corazón”.
Aragonès empieza a exprimir la jugada
Y es evidente que Aragonès ha pasado a la ofensiva después de varios meses a la sombra de Junts y de Puigdemont. En primer lugar, ha relativizado el papel de líder moral que Junts le quiere dar a Puigdemont entre el votante nacionalista. Como si nada, Aragonès ha dejado caer en una entrevista en TV3 que “en 2021 ya fue candidato y quedó tercero”.
Por otra parte, se nota que Aragonès quiere exprimir al máximo su posición de ventaja porque, a diferencia de Turull, intenta mantener un tono más institucional. Dice desear que “tanto Puigdemont como el resto de represaliados vuelvan cuanto antes mejor”. Es decir, que Aragonès sabe que no le conviene una confrontación directa en ese campo.
De hecho, se pone a salvo de la acusación de “cálculo electoral” y reconduce toda la responsabilidad hacia Junts. La amnistía, ha dicho, “ya estaría aprobada de no ser por los retoques que no añaden” al blindaje jurídico. Es decir, que ERC empieza a capitalizar ahora el perfil bajo que ha mantenido en las negociaciones con el PSOE.
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