El otro problema de Tossa de Mar, los reincidentes: uno acumula hasta 85 antecedentes
Esta localidad de la Costa Brava, en el foco por la llegada desproporcionada de inmigrantes ilegales
Tossa de Mar era, hasta el pasado fin de semana, una tranquila localidad turística que, en líneas generales, pasaba desapercibida en los medios de comunicación. Sin embargo, en las últimas horas, este pequeño municipio de 6.000 habitantes ha sido uno de los grandes protagonistas de la actualidad política en Cataluña.
Entre hoy y mañana, este pueblo de la Costa Brava recibirá 200 inmigrantes ilegales procedentes de Mali, Níger y Nigeria, que llegaron ilegalmente a Canarias. Es decir, de un día para otro, Tossa de Mar recibirá una cantidad de inmigrantes que representa un 3,23% de su actual población. Para verlo en perspectiva, es como si Barcelona recibiera 54.000 nuevos ciudadanos en un abrir y cerrar de ojos.
Esto ha generado malestar entre su población y también en su alcalde. Martí Pujals, de Junts, considera "desproporcionada" la cifra de inmigrantes que vivirán durante un mes en un hotel del pueblo en plena temporada turística (su estancia se pagará con dinero público). La situación ha generado un enorme debate en Cataluña: desde las quejas de Junts, Vox o Aliança Catalana, hasta los insultos de Àngels Barceló al alcalde.
La multirreincidencia, un problema añadido para Tossa de Mar
Tossa de Mar, pero, no solamente tiene el reto de mantener el equilibro entre la temporada turística y la llegada masiva de estos inmigrantes ilegales. A esta situación se le debe añadir el problema que tienen entre manos respecto a los delincuentes multirreincidentes. Un problema que también sufren otras localidades de la zona como Lloret de Mar o Calella.
Tal y como alertó Martí Pujals en una entrevista en RAC1, en Tossa de Mar "tenemos problemas de hurtadores". El alcalde asegura que hay un grupo de ladrones que "son profesionales" y que recientemente han convertido a Tossa de Mar en su centro de operaciones. El máximo representante político del pueblo cree que este "repunte" de actividad por parte de estos delincuentes se debe "a la presión policial que hay ahora en Barcelona". Lo que provoca que "ahora nos venga gente que normalmente trabaja" delinquiendo en la capital catalana.
La situación es tan grave que Martí Pujals ha puesto encima de la mesa dos casos especialmente graves. Se trata de dos ladrones que acumulan "85 y 62" antecedentes. Es decir, que han entrado y salido de comisaría casi 150 entre los dos, pero que la lentitud de la justicia y las leyes blandas que existen, les permiten seguir con su actividad delictiva apenas unas horas después de ser arrestados.
Aunque el propio alcalde ha querido desvincular la llegada de los 200 inmigrantes ilegales de la inseguridad, todas estas situaciones evidencian los problemas y los retos que debe afrontar esta localidad. Una localidad de 6.000 habitantes que ahora deberá gestionar la llegada "desproporcionada" de inmigrantes ilegales y el auge de la delincuencia todavía en plena temporada turística.
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