Òmnium, de pedir la independencia a más recursos para el catalán
La entidad presidida por Xavier Antich sí ha asumido el nuevo contexto político de Cataluña
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, continúa con su proyecto de normalización institucional en Cataluña. Desde reunirse con el Rey hasta hacerlo también con Sociedad Civil Catalana y pasando por el expresidente Pujol: por ahora no hay vetos en Palau. La última entidad social en reunirse con Illa ha sido Òmnium Cultural, una de las referencias del espacio nacionalista.
En una reunión que se celebró ayer en Palau, el presidente de la entidad, Xavier Antich, pidió más recursos para el catalán, que vive un momento de retroceso lingüístico. Y es que, según han indicado los últimos datos, el catalán puntúa muy mal en la educación y su uso social retrocede, sobre todo entre los jóvenes.
“Más aprendizaje y uso del catalán significa más comunidad, más red y más participación social”, dijo Antich por redes sociales. Así mismo, avanzó que se iban a reunir con todas las consejerías que tienen competencias en materia lingüística:
Esta reunión con Òmnium Cultural resulta especialmente destaca si se compara con la situación de la ANC. Y es que, si tenemos en cuenta las duras críticas, e incluso insultos, de Llach hacia Illa, parece difícil que la ANC participe de esta normalización institucional. De hecho, desde la ANC han calificado a Illa de “virrey” y de “pseudofranquista”.
De hecho, sectores de Junts y de la ANC protagonizaron hace poco más de un año el boicot contra Òmnium, a la que acusaban de ser una comparsa de ERC y del “autonomismo”. Desde redes sociales, explicaron incluso cómo darse de baja de la entidad o cómo devolver los recibos de la cuota. Se trata, en definitiva, de una de las muchas costuras procesistas que han saltado con el cambio de rumbo de la política catalana.
De Cuixart a Antich
Òmnium, por el contrario, parece haber asumido el fracaso procesista y la nueva situación política de Cataluña. En esta línea, es de destacar la notable pérdida de influencia de la entidad, que, como tantos otros grupos nacionalistas, vivió su apogeo durante la década procesista.
Todos recordarán que el expresidente de la entidad, Jordi Cuixart, se destacó como uno de los líderes más influyentes durante aquellos años. Hasta el punto de que fue condenado en 2019 a nueve años de prisión e inhabilitación por un delito de sedición. Poco después, en 2021, fue indultado por el Gobierno central.
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