Marta Rovira desaparece a tres semanas del congreso de ERC
La exsecretaria general se diluye mientras Oriol Junqueras se hace grande y avanza sin rival hacia la victoria
Marta Rovira y Oriol Junqueras siguen con su pugna por el control de ERC. Pero a tres semanas del congreso nacional la exsecretaria general ha desaparecido de la primera línea mientras que Oriol Junqueras se ha hecho fuerte en su liderazgo. Una sensación recorre estos días los cuarteles republicanos: Junqueras es el gran favorito para imponerse en el congreso de noviembre, y podría hacerlo por goleada.
A estas alturas parece evidente que la estrategia de Marta Rovira no está funcionando. La exsecretaria general del partido ha cometido varios errores. Uno, creer que la guerra abierta con Junqueras sería suficiente para hundir al expresidente. Otro, renunciar al cuerpo a cuerpo, primero eligiendo como candidato a un desconocido (Xavier Godàs) y después desapareciendo en la recta final de la campaña.
Marta Rovira asestó su último golpe a Oriol Junqueras el día que presentó su dimisión, en una conferencia de dos horas, el pasado 14 de noviembre. Desde entonces, roviristas y junqueristas enterraron el hacha de guerra, y Rovira desapareció de la escena pública para ceder todo el protagonismo a los líderes de su candidatura (Nova Esquerra Nacional). Esta calma beneficia sobre todo a Oriol Junqueras, que con las aguas tranquilas se está dedicando a recorrer el territorio y ensanchar la base de su candidatura.
Junqueras pone rumbo a la presidencia de ERC
Los recientes apoyos de las dos facciones enfrentadas en la federación local de Barcelona a Oriol Junqueras muestra hasta qué punto está consiguiendo unir a la militancia bajo su proyecto. Basta con pasearse por los actos electorales de las candidaturas para ver la diferencia. Los actos de Militància Decidim están repletos de militantes en comparación con los de Xavier Godàs y los de las dos candidaturas alternativas (Foc Nou y Recuperem ERC).
La sensación de que Oriol Junqueras no tiene un rival a su altura en las otras candidaturas tiene que ver también con la renuncia de Marta Rovira a liderar su lista. Como ocurre con Junqueras, pese a la pérdida de prestigio y credibilidad de Marta Rovira entre las bases independentistas, esta sigue siendo muy respetada por amplios sectores del partido.
La execretaria general de ERC pensó que era mejor presentar una candidatura sin grandes liderazgos para reforzar el mensaje de renovación. Pero Junqueras no solo ha conseguido el músculo de la militancia, sino que también ha conseguido que cale la idea de que la suya es una candidatura contra el establishment. Esto ha desactivado la estrategia de Rovira, que ahora compite desde la sombra con candidato poco atractivo y ante un Junqueras que vuelve a ganar popularidad cada día que pasa.
¿El fin de Marta Rovira?
Su figura se ha agrandado aún más tras la elección de Carles Puigdemont como presidente de Junts y el anuncio de una nueva etapa en su partido. Una etapa que llama a la unidad del independentismo bajo la égida de Puigdemont, y que por lo tanto amenaza al espacio de ERC. Ante esto, muchos militantes empiezan a dudar de un candidato como Godàs, que ni siquiera ha aclarado si sería candidato a la Generalitat, y se inclinan por un liderazgo fuerte como el de Oriol Junqueras aun cuando no convergen con su estrategia.
Todas estas consideraciones hacen pensar en un cambio de torna en la carrera por liderar ERC. Los roviristas partían con ventaja tras mostrar el apoyo de pesos pesados y figuras históricas del partido, pero los junqueristas han conseguido revertir la situación con menos ruido mediático y más presencia en las asambleas territoriales. La victoria de Junqueras parece ahora tan claro, que incluso los críticos empiezan a plantearse la posibilidad de integrarse en una candidatura unitaria para obtener un espacio en el nuevo organigrama.
Junqueras ha prometido que no habrá purgas si gana el congreso y que apostará por la unidad en un partido donde "no sobra nadie", pero cuesta verle compartiendo su poder con Rovira después de todo lo ocurrido. Lo que está claro es que si Xavier Godàs no consigue imponerse, el silencio autoimpuesto por Marta Rovira estos días podría convertirse en el fin definitivo de su trayectoria política.
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