Los cordones sanitarios se desmontan: acusan a ERC de votar con Vox en Terrassa
Vuelan los cuchillos en el Ayuntamiento: el alcalde de Terrassa dice que los republicanos han buscado a Vox
Es por todos conocido que en el Parlament actúa un cordón sanitario contra Vox y Aliança Catalana. Fue una estrategia electoral de la izquierda surgida antes de las elecciones y que, después, una vez constituido el Parlament, se aplicó. Junts también se sumó, aunque esto ya le ha supuesto caer en alguna trampa de Aliança Catalana.
La última novedad de este cordón sanitario es de esta misma semana. El martes, era noticia que PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP se habían organizado para arrebatarle a Vox la presidencia de la comisión de peticiones y textos normativos. Era una presidencia que le correspondía a Vox (Mónica Lora) por la distribución proporcional de escaños.
Después de la noticia, la diputada Lora pidió la suspensión de la sesión. Finalmente, se decidió levantar la sesión y ahora le tocará a la Mesa del presidente Rull decidir.
La situación es similar a la legislatura pasada, cuando el Parlament también ideó maneras de aislar a Vox sin faltar a la normativa del Parlament. En aquella ocasión, por ejemplo, se le ofreció a Vox presidir dos comisiones que nunca se han reunido y que están meramente contempladas sobre el papel. El líder del partido, Ignacio Garriga, se negó a presidirlas por considerar esta maniobra un “insulto”.
El problema de los cordones sanitarios es que a veces tienen el efecto contrario al que buscan y limitan el movimiento del que lo ha aplicado. Y si ya descendemos hasta la política municipal, que siempre ha tenido su lógica propia, los cordones sanitarios sencillamente se rompen. Esto es lo que ha ocurrido con Vox y ERC en el Ayuntamiento de Terrassa.
ERC, Vox y otra pelea ‘indepe’
El gobierno municipal de Terrassa estaba junto y muy revuelto. Un tripartito de Tot per Terrassa, ERC y Junts le dio la alcaldía a Jordi Ballart (Tot per Terrassa y ex del PSC). Todo se prometía muy positivo y estable, pero los tripartitos tienen una marcada tendencia a la inestabilidad.
Ahora, el partido del alcalde Ballart y ERC están en una guerra abierta que se ha traslado incluso a las redes sociales. Todo empezó con la salida de los republicanos del consistorio, y empeoró a raíz del último plena de presupuestos. Según denuncia el alcalde en sus redes sociales, ERC le invitó a votar junto a Vox para desactivar así su voto de calidad como alcalde, que sirve para desempatar mayorías:
Ante esta jugada de ERC, que el alcalde desveló y las redes sociales no recibieron de muy buena manera, los republicanos se han intentado defender. Ona Martínez, la portavoz republicana, ha insistido en que el gobierno municipal “no tiene mayoría” y que el alcalde “lo puede vender como quiera, pero jamás pactaremos nada con Vox”. Aunque son varios los que les reprochan a ERC que critique el voto de calidad, que está contemplado en la ley como un recurso político más.
Ante esto, Vox en Terrassa (Alicia Tomás) mantiene un estratégico silencio y deja que el cordón sanitario se disuelva por sí solo. Las tradicionales desavenencias procesistas han llevado a la llamativa situación de que ERC busque los votos de Vox para vengarse del gobierno del cual formaban parte.
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