Fotomontaje de los rostros de la consellera de Educació Anna Simó y el presidente del Govern Pere Aragonès
POLÍTICA

Las lecturas obligatorias, la última crisis del Govern en pleno caos educativo

La comunidad educativa en Cataluña, en pie de guerra tras la última ocurrencia de la Generalitat

El Govern en funciones de la Generalitat parece dispuesto a generar polémica hasta el último día. Y, concretamente, en una de las áreas más controvertidas de los últimos años: la Consejería de Educación. Hace unos días, se anunció la última directriz que no ha hecho más que agravar el caos en el que vive el sistema educativo catalán desde hace años.

La decisión del Govern de eliminar las lecturas obligatorias en para las pruebas de acceso a la universidad (PAU) de cara al año 2025 ha generado un terremoto en la comunidad educativa. Tanto, que los docentes ya están otra vez en pie de guerra contra un Departamento de Educación cada vez más criticado. De hecho, ya hay llamadas a la “insumisión”.

Esta semana, el Consejo Interuniversitario de Cataluña y la Consejería de Educación comunicaron a los centros que, para el año que viene, “ya no habrá lecturas obligatorias” en pruebas comunes de las PAU en lengua catalana y castellana. Ante la polémica generada, la consejera Anna Simó defendía la medida excusándose en que, a pesar de que eliminar estas lecturas obligatorias, los centros podrán seguir trabajando las lecturas que consideren. 

Plano medio corto de Anna Simó mirando al horizonte con dos micros delante

Sin embargo, sus palabras no han calmado los ánimos de los docentes, que ven la lectura acabe perdiendo peso en bachillerato dado que no serán examinadas en las pruebas de acceso a la universidad. Por ello ya son varios los colectivos de docentes y docentes a título particular que han anunciado que no harán caso a esta directriz y que seguirán obligando a leer clásicos a sus alumnos de bachillerato.

Un problema que viene de lejos

La medida de eliminar las lecturas obligatorias es “una contradicción flagrante” por parte de la Generalitat, avisa David Rabadà, del Sindicat de Professors de Secundària, en declaraciones a E-Notícies. “Por un lado quieren defender el catalán obligando a los profesores a pasar el nivel C2 de catalán, una norma que sacó el Govern para decir ‘vamos a defender el catalán’, pero ahora reducen las lecturas obligatorias”, denuncia Rabadà. 

Pero es que el problema, según Rabadà, va más allá de esta medida.  Hace unos meses ya saltaron todas las alarmas cuando el Informe PISA señaló que el sistema educativo en Cataluña estaba en la cola de España y Europa. “Tenemos un problema cuando PISA nos dice que la comprensión lectora es muy baja” y lo que promueven es eliminar lecturas obligatorias, denuncia.

Sin embargo, Rabadà amplía el foco más allá del Informe PISA y señala la tendencia que se lleva imponiendo desde hace años en el sistema educativo catalán. “Desde los 90 hay una corriente de pedagogismo en contra de la lectura de libros clásicos porque, por ejemplo, el Lazarillo es clasista y no se puede leer, el Quijote es machista y no se puede leer…”, explica.

Plano medio de Anna Simó mirando al suelo, Pere Aragonès mirando al cielo y Ester Capella, de fondo, mirando al suelo

“Entonces, aparecen una serie de narrativas nuevas de baja calidad educativa y literaria o versiones de clásicos adaptados a los nuevos chavales. Es decir, versiones rebajadas de vocabulario y sintaxis. La consecuencia es que, desde los 90 ya hay un declive de la exigencia en comprensión lectora. Y esta decisión[de eliminar las lecturas obligatorias]es un grano de arena más de una tendencia que llevamos desde hace 30 años”, denuncia Rabadà a E-Notícies.

Para él, el problema es que “quién en el Departamento[de Educación]manda es gente que está dentro de la branca pedagogista. Puede venir el consejero que deseemos, pero dentro de la Consejería pesa mucho esta gente”, denuncia. Y, lo peor de todo es que, según expone David Rabadà, “estas medidas costarán mucho de revertir. Si ahora elimináramos estas teorías pedagogistas sin base científica no notaríamos mejoras sustanciales en la sociedad hasta dentro de 10 años”.

En Cataluña, esa corriente “pedagogista” que lleva años imponiendo su visión y políticas sobre educación la encarna, por ejemplo, la Fundació Bofill. En E-Notícies ya os contamos en su día los vínculos de esta entidad con la Consejería de Educación. Unos vínculos que existen desde hace muchos años. De hecho, la Fundació Bofill, que lleva años influyendo en la educación catalana, estuvo ampliamente representada la comisión de expertos que creó Anna Simó para revertir los malos resultados del Informe PISA. Algo que ya en su día generó también mucha polémica, ya que fue visto como una especie de premio a los mismos responsables de los nefastos resultados de PISA.

Así pues, el problema en el sistema educativo catalán parece claro. La “tendencia pedagogista” que lleva años contagiando la educación en Cataluña y que el Informe PISA ya advirtió de sus nefastas consecuencias. A pesar de ello, pero, el Govern sigue imponiendo estas políticas sin hacer autocrítica y hundiendo, todavía más si cabe, la enseñanza catalana. Ahora, con esta nueva polémica que no es más del último capítulo de la crisis en la que se encuentra actualmente el sistema educativo en Cataluña.

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