Montaje de fotos de Carles Puigdemont en primer plano, con rostro serio, con las banderas de Cataluña (estelada) y España de fondo
POLÍTICA

'Ho tornarem a fer': Cómo venderá Carles Puigdemont el acuerdo a los suyos

Los argumentos que usarán los dirigentes de Junts per Catalunya tras el acuerdo con el PSOE


Se está alargando más de la cuenta, es cierto, pero el acuerdo entre Junts per Catalunya y el PSOE es cuestión de tiempo. O eso es lo que filtra el entorno de Carles Puigdemont, interesado más que nadie en sacar adelante la ley de amnistía. Hablando de Waterloo, todo puede pasar, pero si uno lee la prensa procesista, se da cuenta de que el pacto está cerca.

Le ha costado a Carles Puigdemont, pero ya tiene sus argumentos para un acuerdo histórico. Lo desliza sin querer Vicent Partal en Vilaweb: si la ley de amnistía incluye el ya célebre "lawfare", el independentismo intransigente lo venderá como una victoria. Otra cosa es que lo consigan, porque hemos pasado del referéndum a incluir Josep Alay en una ley, la verdad. Pero si Partal compra el discurso de Junts, es un indicativo de lo que puede suceder.

La ley de amnistía de Junts y el PSOE es vista para muchos, sobre todo en los socialistas, como la confirmación del fin del Procés. Con el retorno de Puigdemont, el PSOE da por cerrada la carpeta indepe y sitúa a Junts per Catalunya como actor político en el Congreso. Pero no será exactamente así, por lo menos a lo que dialéctica se refiere. 

Montaje de Carles Puigdemont y otros dirigentes de Junts con una foto de Pedro Sánchez

Junts per Catalunya venderá su acuerdo con el PSOE como una victoria que se sustenta en dos puntos. El primero es que el Estado español reconoce implícitamente que obró mal y rectifica. No fueron los independentistas los que se saltaron la ley, sino que el Gobierno se sobrepasó y usó la justicia para un uso político. Se trata, pues, de una victoria mirando al pasado.

El segundo punto del relato de Carles Puigdemont es de futuro. Si la ley de amnistía se amplía a los casos que van más allá del uno de octubre, como el de Alay, se puede volver a la carga. Habrá un precedente legal, como remarca Vilaweb, de modo que, si los indepes quieren volver a la carga, la justicia lo tendrá mucho más difícil.

El objetivo sería pues el "Ho tornarem a fer", volver a la casilla de salida del 2015. O eso es lo que quiere vender Carles Puigdemont: es un primer paso para una consulta, quiera el Estado pactarla o no. De momento, parece que el independentismo más intransigente compra este relato y le puede hacer un favor al expresident, que tampoco tiene demasiado tiempo.

A la espera de la rueda de prensa

Ya han pasado varios días desde que Carles Puigdemont cancelara su rueda de prensa. Desde el jueves nadie sabe qué piensa realmente el líder moral de Junts, más allá de varias publicaciones en Twitter marcando perfil propio. Porque la negociación es algo personal, algo que comanda Puigdemont, consciente de que se juega su futuro político.

Cuando vuelva a hablar -es de suponer que cuando se cierre el acuerdo- podremos confirmar que la estrategia de Carles Puigdemont va en este camino. El PSOE reconoce implícitamente que el Estado actuó mal y el independentismo tiene ahora más seguridad jurídica para mantener un nuevo pulso. Veremos si le basta.

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