Feijóo y Abascal, en busca de la unidad contra los planes de Pedro Sánchez
PP y Vox están condenados a entenderse
Desde que el 24 de septiembre el PP llamara a los españoles a salir a la calle contra la amnistía, las protestas se han multiplicado con un denominador común: la desunión. Algunas de ellas, como la del 8 de octubre en Barcelona, están convocadas por la sociedad civil. Otras surgen del anonimato en las redes sociales.
Pero las manifestaciones también están siendo una trinchera más de la batalla entre el PP y Vox por capitalizar el descontento. La rivalidad en las movilizaciones no es más que la expresión de la desunión de los dos grandes partidos de la derecha. Una desunión que impide un frente común contra los planes de Pedro Sánchez.
Así es al menos percibido por las bases tanto de un partido como de otro, que exigen a Alberto Núñez Feijóo y a Santiago Abascal que se pongan de acuerdo. De momento, la rivalidad política está impidiendo una respuesta común. Los dos partidos dan por hecho que no habrá repetición electoral, y luchan por encabezar la oposición al segundo gobierno de coalición de Pedro Sánchez.
La lucha sinfín de PP y Vox
El PP tiene un plan muy claro para plantar cara a los planes de la coalición PSOE-Sumar con los independentistas. El partido de Feijóo prepara un triple frente judicial, político y de movilización popular. Presentará recursos en los tribunales y mociones en ayuntamientos y comunidades autónomas, mientras agita la calle.
En estos planes no entra Vox, que la semana pasada pidió al PP declaraciones conjuntas en aquellos municipios y comunidades donde gobiernan juntos. De momento, los de Feijóo no quieren ni oír hablar de Vox y siguen a lo suyo. Los de Abascal asumen el marco, y luchan también por su espacio de protagonismo.
El plan de Vox pasa por retratar la tibieza del PP, ofreciendo un tono más duro contra lo que denominan un “golpe de estado”. La imagen de los 33 diputados de Abascal abandonando el Congreso en la “sesión de los pinganillos” fue solo un avance de lo que se viene en esta legislatura. Pero este tono duro les distancia de sus aliados en la derecha.
En busca de la unidad
En las cúpulas de PP y Vox se descarta por ahora un frente común contra la amnistía en las calles. Cada partido está utilizando sus resortes para encabezar la expresión de indignación de millones de españoles. Uno no va a la manifestación del otro, y en las que coinciden evitan las fotos conjuntas.
Pero cuando la legislatura eche a andar, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal tendrán que encontrar necesariamente un punto de encuentro. Sobre todo, porque las pocas opciones que tienen de parar los planes del nuevo gobierno en la cámara legislativa pasa por su unidad. Y las direcciones de ambas formaciones lo saben.
Tanto en Génova como en Bambú son conscientes de que una vez pasada la tensión de las movilizaciones, será el momento de la política con cabeza fría. Feijóo, reforzado por su papel en el debate de investidura, podría mostrarse más receptivo hacia Vox. Y Abascal, con la crisis interna controlada, podría asumir el papel de liderazgo del principal líder de la oposición.
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