Feijóo necesita mucho más a Abascal de lo que todavía piensa

Si no hay un cambio radical e inesperado durante la campaña, Alberto Núñez Feijóo ganará las elecciones generales del 23-J. Absolutamente todas las encuestas dan al líder del PP como vencedor de los próximos comicios. Incluso el CIS de Tezanos se ha rendido a la evidencia de que el Partido Popular será la fuerza más votada dentro de dos semanas.

De lo que hay más dudas es sobre si esto les servirá a los populares para hacerse con la presidencia del Gobierno. Para ocupar la Moncloa los próximos 4 años, el PP necesita el apoyo de 176 diputados. A pesar de ser los más votados, todos los sondeos les sitúan alrededor de los 140 escaños. Feijóo necesitará entre 30 y 40 apoyos externos para superar la investidura, y ahí es donde VOX juega un papel fundamental.

Feijóo, de hecho, lleva un tiempo pidiendo al PSOE que facilite la investidura a la fuerza más votada en las elecciones. Una teoría a la que se ha sumado incluso Felipe González. El líder popular sabe que una negociación con Santiago Abascal será dura (como quedó demostrado en Extremadura). Y un apoyo socialista le evitaría tener que ceder a las exigencias de VOX.

Pero el PSOE ya ha dicho por activa y por pasiva que no están por la labor de hacer presidente a Alberto Núñez Feijóo. También es cierto que no sería la primera vez que Pedro Sánchez decide “cambiar de opinión” de un día para otro. Pero por ahora los socialistas no contemplan este escenario y esto aboca al líder popular a entenderse con VOX.

Feijóo necesita a VOX

Ante este escenario, Feijóo necesita un VOX mínimamente fuerte, que con su apoyo logre sumar por lo menos 176 escaños. Porque si no llegan para tener mayoría absoluta (como ya empiezan a señalar algunas encuestas), la cosa se le complica al Partido Popular.

Y es que, más allá del partido de Santiago Abascal, el PP tiene capacidad de llegar a pactos con otras formaciones como, por ejemplo, el PNV. Pero los nacionalistas vascos difícilmente apoyarán a Feijóo si VOX está en la ecuación. Y sin VOX, los pactos con partidos regionales tampoco darán la suma necesaria al Partido Popular.

Así pues, en esta campaña, el PP tiene varios objetivos. Uno, llegar a acercarse al máximo a los 176 escaños para depender poco o nada de VOX. Algo que parece complicado, dadas las tendencias de voto que marcan las encuestas. El otro es que la formación de Abascal como mínimo mantenga el peso que tiene actualmente en el Congreso (52 diputados) y puedan gobernar los dos con una estabilidad completa.