Esquerra descoloca a Carles Puigdemont
El traspaso de Rodalies cambia la estrategia de Junts, que iba a anunciar hoy mismo su acuerdo con el PSOE
Eran las once y media de la mañana de este dos de noviembre cuando salía el Gordo de la investidura. ERC y el PSOE acordaban el traspaso integral de Rodalies, una de las condiciones que Pere Aragonès había puesto encima la mesa hace semanas. Es, sin lugar a dudas, una carta ganadora de los republicanos y la primera de las medidas acordadas que no resuelve situaciones personales de los líderes del Procés.
La carta Rodalies es un golpe de efecto de Esquerra. Se tratará de un traspaso integral: vías, trenes y financiación. Acordada la ley de amnistía, ERC se apunta un tanto importante y se diferencia de Junts, que solo ha puesto el foco en la amnistía, el catalán y el relator internacional.
Vaya por delante que el traspaso de Rodalies no es algo bueno o malo para los catalanes. Lo que importará es si la gestión mejora la oferta actual y se acaban de una vez los retrasos, las averías y los accidentes. La Generalitat ya tiene sus propios ferrocarrils y siguen llegando tarde. Pero más allá de eso, es evidente que este acuerdo ha descolocado a Carles Puigdemont, y de qué forma.
El expresident había convocado a los medios de comunicación a las doce y media en Bruselas. La intención era confirmar que la negociación con el PSOE estaba casi cerrada. La foto de inicios de semana con Santos Cerdán, número tres del PSOE, era una evidencia que el acuerdo era inminente.
Puigdemont cambia todos sus planes
Más de cuatro horas después, no hay ni rastro de la rueda de prensa de Puigdemont y su entorno ya ha filtrado a su prensa que el acuerdo se ha complicado. Curiosamente tras saberse que ERC y el PSOE pactaban el traspaso de Rodalies, el discurso de Carles Puigdemont ha cambiado. Ahora se asegura desde Junts que su partido mantiene exigencias sobre la ley de amnistía que el PSOE no acepta.
A estas horas de la película no hace falta explicar que gran parte de los males de la política catalana han surgido de la competición entre ERC y Junts. Solo así se entiende qué pasó tras el uno de octubre o que ahora mismo hay un Govern sustentado por 33 de los 135 diputados. El traspaso de Rodalies es una exigencia independentista que debería ser celebrada por Junts desde su propio marco mental. El problema es que la investidura se ve también como una competición indepe, como la antesala de unas nuevas elecciones catalanas.
Es más que probable que tras conocer el traspaso de Rodalies, Junts haya subido su precio al PSOE. Quizás así se pueden entender publicaciones como la de Héctor López Bofill, del sector Borràs. Justo mientras se espera que Puigdemont rinda cuentas en su anunciada rueda de prensa, publica que la ley de amnistía debería incluir a Laura Borràs y a González Boye, "víctimas de la represión". Es más, López Bofill pide que si no se les tiene en cuenta, no debería haber investidura.
El pacto de ERC y el PSOE ha descolocado a Puigdemont, que busca desesperadamente una salida y alguna carta para contrarrestar Rodalies. Veremos si hay segundo premio tras el Gordo. De momento, no habrá rueda de prensa este 2 de noviembre. Por primera vez en semanas, Junts va a remolque en la negociación.
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