La elección de Jaume Collboni mueve el tablero catalán

Trias no lo ve claro y dice que paren las rotativas. El pacto que diseñaba con el PSC para repartirse el Ayuntamiento de Barcelona se tambalea. El motivo serían las órdenes que le llegan a Collboni desde arriba: que le prepare el terreno a Salvador Illa.

El enigma Collboni

Las maniobras políticas en el actual Ayuntamiento de Barcelona son como el chotis, que se baila en una baldosa. La sorpresa originaria fue que Collboni acabara de alcalde. Maragall y Trias se la tuvieron que envainar - el famoso ‘que us bombin’ - y el de ERC para casa. Y Elisenda Alamany, encantada: de repente, lideresa de ERC en el ayuntamiento.

A partir de aquí, Collboni le ha dado largas hasta a su sombra. Parecía que acabaría entendiéndose con Trias porque era lo que quería. Pero existe Salvador Illa y, sobre todo,  Ferraz. En cualquier caso, Collboni podía tirar al rojo o al negro: a Colau - que le va la vida, casi literalmente - o a Trias. Parece ser que le gustaba más Trias por la cosa del orden y de que Colau no le cae bien.

Y si el fantasma del comunismo recorrió Europa, el fantasma de por qué Collboni no se decidía recorrió Barcelona. Tal vez, Ferraz le decía que esperara, que en Madrid todo está muy revuelto con Junts y que vete tú a saber. Salvador Illa todavía tiene que ser presidente y no se sabe en qué condiciones.

Barcelona, próxima parada: Palau

O sea, que Barcelona tiene pinta de ser una maqueta de la futura Generalitat. Y esto le interesaba a mucha gente, en particular a los Comuns y a ERC. Es decir, que volvió el tripartito y, de paso, practicamos para cuando lleguemos a Palau.

A todo esto, Elisenda Alamany sigue encantada: de la noche a la mañana dirige ERC y, hablando de noches, parece que le caerá el cargo de alcaldesa de noche. Por su lado, Colau presiona aquí y allá para hacer un tripartido por aquello de que todos progresistas. También pesa que ni le han considerado para ministra ni para eurodiputada ni para nada que no tenga que ver con Barcelona.

Pero Junts también existe: Trias ve que el tripartito se acerca y no le hace gracia. De hecho, en Junts descubren el mediterráneo y dicen que estas decisiones se toman “más allá de Sant Jaume”. Concretamente, en la calle Ferraz, donde tienen que combinar la estabilidad con Junts en el Congreso y un posible tripartido en el Parlament. A Collboni le caerá seguro la acusación de ser un títere de Illa.

Barcelona, en resumen, es el cruce de caminos de Moncloa y de Palau. Es decir, una inestabilidad constante en la que sonreír a uno es despreciar al otro y viceversa. El que quiera ver por dónde irá Cataluña e incluso España que mire a Barcelona.