Elisenda Alamany, de acelerar el adiós de Maragall a arrimarse a Jaume Collboni
La nueva jefa de filas de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona encarrila un pacto con el PSC tras propiciar el adiós de Ernest Maragall. Todo parece una estrategia bien diseñada
Hasta hace años uno se imaginaba la política como la serie 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Hasta que llegó 'House of cards' y vimos el lado más oscuro, despiadado y vació de sentimientos de esta noble práctica. Giulio Andreotti, que fue primer ministro italiano, lo dijo de otra forma: "En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido". Eso debe pensar Ernest Maragall, ya pensionista tras dejar su silla en el Ayuntamiento de Barcelona.
Al 'tete', como se conoce popularmente a Ernest Maragall, lo jubilaron, a decir verdad. A principios de noviembre, su número dos, Elisenda Alamany decía: "Es natural y cae por su propio peso, que (refiriéndose a Maragall) no estará en el ayuntamiento estos cuatro años, que no seguirá y que las riendas las cogerá la siguiente persona que estaba en la lista, que en este caso soy yo”. Pocos días después, a finales de noviembre, Ernest Maragall anunciaba por sorpresa que se iba. Pocos sabían de su decisión, Elisenda Alamany no era uno de ellos.
Pese a que Alamany se había autoproclamado jefa de filas, Ernest Maragall evitó bendecirla: "No tengo que tener peso en las decisiones inmediatas", zanjó. La jugada le había salido bien a la ex de los Comuns, que llegó como fichaje estrella en 2019 y aún no ha podido gobernar. Fue también la número dos de ERC ese año, pero Ada Colau los dejó en la oposición. Parece, sin embargo, que Alamany se ha cansado de esta situación una vez ya no depende de Maragall.
La nueva ERC Barcelona de Alamany se acerca a Collboni
Ernest Maragall lo tenía hecho con Xavier Trias tras las municipales. De haber salido alcalde, es de suponer que Maragall hubiera estado todo el mandato en el consistorio. El feeling personal entre los dos les hizo entenderse rápido, pero se quedaron con la miel en los labios tras la jugada de Jaume Collboni. Con el PSC en el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona y con Maragall aún en ERC, los republicanos pasaron a ser actores pasivos. Esquerra entendía que no debía mover pieza, que tocaba esperar la decisión de Collboni y que lo más plausible era pasarse otros cuatro años en la oposición.
Con el ascenso de Elisenda Alamany algo ha cambiado. El pasado viernes la concejal de ERC admitía que se habían intensificado las reuniones y varias filtraciones apuntaban que el PSC y Esquerra podrían tenerlo hecho. Colloboni no se fía de Puigdemont ni de Colau y ha visto en ERC el modo de ampliar su gobierno sin moverse demasiado. Seguirían en minoría, pero cree que los Comuns le votarían los presupuestos pese a seguir en la oposición.
De otro lado, Elsienda Alamany se convertiría en alcaldesa de noche, el cargo que quiere crear el PSC y gobernaría por primera vez en Barcelona. La jugada sería maestra: en tan solo dos meses habría acabado con su número uno y firmado un pacto de gobierno en Barcelona. No está nada mal.
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