¿Dimitirá Oriol Junqueras?

La respuesta parece clara: No. Oriol Junqueras no tiene pensado dimitir pese a cosechar los peores resultados de Esquerra en años y encadenar dos elecciones desastrosas. Aunque por primera vez un grupo de militantes, el Colectivo Primero de Octubre, pida cambios "inmediatos" en la dirección de ERC. 

Según este grupo de militantes -minoritario aún dentro de la formación- Junqueras es el principal culpable de los resultados de ayer. ""Es el resultado de una política errónea de la actual dirección que se fundamentaba al ensanchar la base y al empecinarse a mantener espejismo de una tabla de diálogo ", aseguran. Y es por este motivo que exigen la dimisión tanto de Oriol Junqueras como presidente como de Marta Rovira como secretaria general.

Esquerra parece condenada a volver a los pulsos internos, las facciones y los duelos fratricidas. De Àngel Colom a Carod-Rovira, pasando después por Puigcercós y hasta la llegada del propio Junqueras, ERC lleva en su ADN la bronca interna, que ahora vuelve a aparecer. Pero el actual presidente del partido no dimitirá, por lo menos a corto plazo. Basará su argumento en que sigue siendo el partido procesista más votado y que es el momento de dar estabilidad al Govern de Pere Aragonès.

Las opciones de Oriol Junqueras para mantener el cargo son escasas a medio plazo. Puede que los dirigentes republicanos le den su apoyo en la reunión de este lunes, pero el malestar es evidente. Hay ahora mismo mucha gente de ERC que vive de un sueldo público y por primera vez lo ven peligrar. La estrategia actual de Esquerra parece obsoleta, caducada, y no hay demasiado margen para rectificar. No parece plausible que Junqueras sea capaz de volver a entenderse con Junts o dotar a su partido de las herramientas para parecer un partido serio de gobierno.

La ERC de Oriol Junqueras se ha quedado a medio camino. Ha dejado al votante independentista para emprender un viaje que nunca ha completado. La formación quería llegar a la casilla de la hegemonía, la centralidad política catalana, pero ni se han acercado. Allí se ha instalado cómodamente el PSC, que a falta de una opción procesista madura, ha decidido ocupar el centro del tablero de Cataluña, a la espera de unas elecciones al Parlament que volverán a ganar.

Oriol Junqueras, game over

La vieja guardia de Junqueras y Rovira tiene los días contados. La nueva clase dirigente -léase Aragonès, Vilagrà, Raquel Sans o Marta Vilalta- solo puede hacer un movimiento para intentar salvarse: hacerse con la cabeza de los actuales dirigentes. No servirá de nada, tienen ustedes toda la razón, pero no pueden hacer otra cosa. 

Oriol Junqueras será un cadáver político y otra víctima del Procés. No dimitirá este lunes, pero es cuestión de tiempo y más cuando su papel en el Congreso de los Diputados pasa a ser circunstancial. Mientras Carles Puigdemont se sitúa ahora en medio de todos los focos, Oriol Junqueras mira la escena desde la oscuridad. Se acabó la partida, Oriol.