La CUP justifica la okupación en Cataluña
La okupación traslada la responsabilidad del Estado con los más vulnerables hacia los propietarios
La okupación es uno de los temas de debate más polémicos en España y, más en particular, en Cataluña. El motivo para esto último es que Cataluña acapara el 40% de las okupaciones de toda España.
Para algunos, como el alcalde García Albiol, este es un problema prioritario que afecta de manera muy negativa a los vecinos. Para otros, este es un debate artificial y que no se corresponde con su impacto en la realidad. Desde diversos sectores progresistas - Pablo Iglesias, por ejemplo - llegan incluso a teorizar sobre una estrategia económica de las empresas de seguridad para vender más alarmas.
Por otro lado, algunos criminólogos como Samuel Vázquez, ahora en Vox, ponen el acento en otra parte. Más que en el debate, estos criminólogos ponen el acento en que la okupación es uno de los factores que estimulan lo que se llama “zona de confort criminal”. Es decir, que la okupación pone los primeros ladrillos de una mayor circulación criminal en la medida en que, por ejemplo, una casa okupada no está a nombre de su ocupante, no paga los recibos, no está asociada a cuentas bancarias, etc.
En Barcelona, por ejemplo, está el caso del edificio 'la Ruina', que se convirtió en un problema de convivencia y que obligó a las autoridades de Interior a actuar. Así mismo, casos como el de 'la Ruina' muestran que, más que personas vulnerables, la okupación concentra a figuras antisistema, que tienen una vocación más política que social.
La responsabilidad asistencial, de los propietarios
En cualquier caso, lo que es seguro es que la cuestión partidista ha devorado el debate por completo. En este sentido, la CUP es uno de los ejemplos más claros.
A la hora de hablar de la okupación, los cupaires plantean todo el pack antisistema, hasta el punto de justificarla. Como es habitual, la justificación para okupar viviendas son los “grandes tenedores” y los “fondos buitre”, que no representan ni mucho menos el grueso de propietarios, que en su mayoría son pequeños propietarios.
Así lo ha explicado (otra vez) el diputado de la CUP Dani Cornellà. En una entrevista para el programa de RTVE Aquí Parlem, el diputado Cornellà ha justificado la okupación. “Ninguno quiero okupar porque sí, te ves obligado para tener un espacio donde vivir”.
Son esta clase de situaciones las que complican todavía más el actual problema inmobiliario. La tolerancia con la okupación, aunque sea con los “grandes tenedores”, genera un clima de inseguridad que retira aún más oferta del mercado. Y otro tanto se puede decir de, por ejemplo, la huelga de alquileres que plantea el Sindicato de Inquilinas.
Como dicen los críticos de esta clase de medidas, justificar la okupación para proteger a “familias vulnerables” es en realidad un fracaso del Estado. Es decir, que el Estado traslada la responsabilidad asistencial a los más débiles a la propia población.
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