
'La 2 Catalunya' o cómo ha logrado la élite procesista sobrevivir tras el Procés
La alianza con los socialistas ha permitido a la élite nacionalista mantenerse en el poder a pesar de perderlo
El Procés, vendido a las masas como un acto heroico, siempre fue para la élite nacionalista una mera estrategia para ostentar el poder. Un amplio elenco de políticos, empresarios y comunicadores se enriquecieron durante los años álgidos del Procés. Su descarrilamiento desató una feroz lucha por la supervivencia, donde la estrategia camaleónica de ERC y Junts ha jugado un papel fundamental.

Oriol Junqueras fue el primero que entendió, ya en 2019, que la partida había acabado y había que adaptarse a las nuevas circunstancias. Carles Puigdemont jugó un tiempo más a la confrontación. Hasta que Pedro Sánchez le abrió de par en par las puertas del Estado.
Esta semana hemos conocido el fichaje de Jordi Basté, Vicent Sanchis y Toni Soler para el nuevo canal de TVE en Cataluña. El canal, que empezará sus emisiones el día de la Diada (11 de setiembre), forma parte de los compromisos de Pedro Sánchez con Junts. Será una desconexión territorial que ofrecerá una programación íntegramente en catalán, y a juzgar por los fichajes, con un claro sesgo ideológico.
‘La 2 Catalunya’ es un síntoma de cómo la élite procesista, política y mediática, ha logrado sobrevivir tras el fracaso del Procés. Puesto que dicha élite nunca estuvo guiada por los principios sino por la sed de poder, su adaptación a la nueva realidad ha sido un proceso natural. Si antes se servían del poder apelando a la ruptura del Estado, ahora se aferran a él mediante la acomodación en ese mismo Estado.
Los supervivientes del Procés
Vicent Sanchis es un caso paradigmático de ello: de cabecilla del procesismo mediático como director de TV3 en los años duros del Procés, a tertuliano en medios públicos y subvencionados. Ahora presentará un documental sobre el franquismo en el nuevo canal ‘La 2 Catalunya’, por gentileza de los pactos de Junts con el PSOE.
Jordi Basté ha sido otro de los comunicadores que con más ahínco defendió el Procés en su dimensión más woke. Hoy lo sigue haciendo desde las ondas de Rac1. También ha conseguido hueco en la programación del nuevo canal, donde presentará un programa de entrevistas en prime time.
Mención especial merece Toni Soler, a quien el Procés y el postprocés han bañado en oro. Su cercanía a ERC le permitió que su productora fuera durante años la más contratada con una facturación media de 6 millones al año. A la lluvia de millones facturados durante los años del procés se suma ahora otra suculenta suma de 500.000 por un espacio en el nuevo canal de TVE en Cataluña.

Además de este nuevo canal con un marcado sello indepe, Junts y ERC consiguieron colar a Miquel Calçada y Sergi Sol en el consejo de administración de RTVE. Calçada y Sol forman parte de esta élite procesista que pasaron de defender la República Catalana a colonizar los resortes del poder del Estado opresor.
De luchar contra el Estado a vivir de él
No solo en el ámbito comunicativo. La sumisión de Junts y ERC al PSOE, con la amnistía y el referéndum de autodeterminación como pretexto, les ha permitido acceder a suculentos cargos en consejos de administración de empresas públicas españolas. Esta es una de las razones por las cuales el procesismo sigue sosteniendo a Pedro Sánchez en el poder.

Aunque la infiltración del procesismo en el Estado español va más allá del ámbito mediático, este es el más flagrante. Porque los gurús mediáticos del Procés no solo siguen sobreviviendo en la Cataluña postprocesista. Sino que siguen extendiendo su poder, y utilizan sus altavoces para difundir su ideología como si siguiéramos en 2017.
Esta élite no podría sobrvivir sin la contribución de los partidos. PSOE y PSC utilizando a los partidos independentistas para mantenerse en el poder. Y los procesistas utilizando a los socialistas para mantener el poder pese a haberlo perdido.
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