Carles Puigdemont se hace un traje a medida para el 12 de mayo

A Junts no le queda más remedio que rascar al máximo lo que quede del procés. Su secretario general, Jordi Turull, ya dijo que interpretaba la vuelta del expresidente como un “relanzamiento del procés”. Más que un relanzamiento, es un deseo de relanzamiento. Lo que en realidad busca Junts es que el eje nacionalista sea el eje de la campaña. O sea, explotar al máximo la figura de Puigdemont.

Populismo clásico

El procesismo político hace aguas y corre el serio riesgo de no sumar en el Parlament. Esto significa que pueden perder el control de toda la maquinaria institucional de la Generalitat. No es de extrañar, pues, que Puigdemont quisiera resucitar una versión de ‘Junts pel Sí’ y le pidiera a ERC organizar una lista conjunta.

En vista de que esto no va a salir, Junts se dedica ahora a diseñar una plataforma electoral que se podría llamar ‘Junts per Puigdemont’. Su estrategia electoral pasa por una lógica clásicamente populista - por lo que tiene de personalista - y lo fían todo a la figura del “presidente en el exilio”. Buscan diluir las cuestiones políticas para reforzar el eje nacionalista-procesista en torno a Puigdemont y captar así todo el espacio electoral posible.

Una plataforma para Puigdemont

Esa captación del espacio electoral pasa por aliarse con todas las fuerzas nacionalistas posibles. El objetivo de Junts es ir “más allá” del partido, o sea, que no haya partido, sino personalismo. Como apuntamos, se intentó con ERC, pero no salió. Los republicanos saben que una plataforma electoral ‘indepe’ es un Caballo de Troya para colarles a Puigdemont.

Ante esto, Junts se marca un Sumar y ya ha abducido a siete formaciones que comparten la importancia que le dan al tema nacionalista. Se trata de partidos más bien pequeños. Son estos: Demócrates, Moviment d’Esquerres de Catalunya, Reagrupament, Joventut Republicana, Alternativa verda, Acció per la república y Estat Català.

Por el momento, no se sabe si irán bajo las siglas de Junts o si crearán una nueva marca electoral. Lo que está claro es que es un traje a medida para el expresidente, que ya dijo que volverá a Cataluña solo si es el candidato para la investidura. De esta manera, Puigdemont traslada a la política catalana la lógica que ha planteado durante las negociaciones de la investidura: moverse solo si se dan las condiciones perfectas para hacerlo.