Montaje TV3 y el productor Jaume Roures
POLÍTICA

A Cataluña no le quedan ni sus productoras de TV: se venden a dinero extranjero

La fachada del mundo audiovisual catalán sigue siendo la misma mezcla de nacionalismo aderezado con temas woke. El resto es capital extranjero.

Detrás de los medios y su ruido perpetuo está la lógica económica habitual: empresas que entran y salen e inversiones que nacen y mueren. Todo lo demás es relativamente folklórico y responde a una coincidencia de intereses que, en el caso del poder mediático, tiene una relación clara con el poder político.

En este sentido, TV3 y el mundo mediático y audiovisual catalán no son ninguna excepción. Con sus particularidades, la industria mediática catalana también obedece a la lógica económica. Y esta lógica, que no está hecha de palabras, sino de dinero, hace palidecer a la ideología. 

TV3 y las grandes productoras catalanas pueden presentarse como defensoras de la causa catalana o de cualquier otra causa muy elevada. La realidad es que esta trastienda mediática se está quedando en manos del capital extranjero. Nuevamente, no es ninguna novedad: la concentración y acumulación de capital también afecta a las productoras.

En Mediapro se habla chino

Jaume Roures - conocida eminencia gris de la esfera progresista - fundó Mediapro en 1994. La empresa fue un éxito y se convirtió en una de las mayores productoras de Europa. De esta manera, Roures y su socio Tatxo Benet - habitual también del establishment catalán - eran figuras de poder para Cataluña. Un cúmulo de avatares financieros y empresariales llevó a que Mediapro acabase en manos chinas.

Después de comprar la mitad de las acciones en el 2018, el fondo de inversión chino Orient Hontai Capital aumentó su exposición en 2022 hasta el 85%. Los fundadores se quedaron con el 5% de las acciones. Esto se cerró con la habitual guerra interna con su socio y Roures liquidó sus acciones por un valor de entre 40 y 100 millones de euros y dejó atrás la empresa que fundó. Pero no se quedó quieto.

Al poco de todo esto se alió con Oriol Soler - fontanero mayor de ERC y presidente de otra productora, Abacus - para hacerse con Enciclopedia Catalana y crear el mayor grupo editorial en catalán.

Montaje con un plano medio corto de Jaume Roures y Oriol Soler y de fondo una imagen difuminada de un consejo ejecutivo del Govern

El ecosistema de productoras catalanas

El de Mediapro es el caso más llamativo por el tamaño de la empresa. Pero otras productoras ilustres que viven y han vivido del ecosistema de TV3 también están pasando a manos extranjeras. La productora Brutal Media - responsable de programas como El Foraster - ha pasado a formar parte de la BBC Studios. A casi todos los efectos, Brutal Media se convierte en la delegación de producción audiovisual en España de la BBC Studios. Una de las “prioridades”, pero, es que continúe la producción en catalán.

Al capital extranjero no le importa especialmente el tema lingüístico. Como cualquier otra empresa, su criterio es económico. Así, aunque Mediapro y Brutal Media estén controladas por grupos extranjeros, siguen produciendo para TV3 y para su reciente 3CAT, el “Netflix Catalán”. En los consejos de administración de estas empresas y fondos de inversión debió sonar muy bien el anuncio que hizo el Govern de ERC de invertir 1.347 millones de euros en TV3 de aquí a 2027.

Montaje fotográfico con el presidente Pere Aragonès con el edificio de tv3 de fondo

En resumén, las aguas subterráneas del mundo mediático catalán cada vez están más controladas por grupos extranjeros. Por lo demás, el baile de productoras amigas en Cataluña es más o menos el de siempre. La productora de Buenafuente, por ejemplo, El Terrat, fue comprada por Roures para salvar su insostenibilidad financiera. Y el Terrat ha producido programas de TV3 como el FAQS o Vosaltres Mateixos. El resto de productoras son también las habituales: Minoria Absoluta, de Toni Soler; La Manchester, de Ricard Ustrell; Alguna Pregunta, de Antoni Bassas. En fin, lo que viene siendo la élite.

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