Apuñalamientos, pistolas y agresiones coincidiendo con la visita de Illa a los Mossos
Los últimos sucesos en Cataluña evidencian los deberes que tiene el nuevo Govern y, concretamente, Núria Parlón
El evidente auge de la violencia que hay, desde hace tiempo, en Cataluña se ha visto reflejado en los múltiples sucesos que ha habido en las últimas horas. Un magrebí borratxo amenazando con una pistola en Vic, una pelea con armas blancas en Olot que ha dejado un herido y una agresión sexual por parte de un marroquí a una niña en Ripoll forman parte del triste balance en las últimas horas de una Cataluña sumida en el caos delincuencial.
Todos estos hechos delictivos evidencian los deberes que tiene encima de la mesa Salvador Illa y la nueva consejera del Interior, Núria Parlón. Los dos han visitado este miércoles por la mañana la sede central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell. Y lo han hecho en un contexto, ya no solo de auge de la delincuencia, sino también de crisis reputacional de la policía catalana tras el fiasco del operativo para detener a Carles Puigdemont la semana pasada.
Illa y Parlón tienen mucho trabajo por delante en materia de seguridad. Es lo que tiene recibir una herencia nefasta por parte de un Joan Ignasi Elena, ya exconsejero del Interior, que hablaba de "percepciones de inseguridad" mientras aumentaban los homicidios, las violaciones y otro tipo de delitos en toda Cataluña.
En su visita al complejo Egara, Salvador Illa ha querido dar su "apoyo y reconocimiento" a los Mossos, tal y como adelantó la portavoz Sílvia Paneque. En nuevo president de la Generalitat ha hecho una declaración de intenciones, asegurando que ahora se inicia "una nueva etapa en la forma de afrontar la seguridad ciudadana en Cataluña". Y la primera medida ya ha sido anunciada.
Illa se ha comprometido, como ya hizo en campaña electoral, ha ampliar la plantilla de los Mossos d'Esquadra para que haya 22.000 agentes en el año 2030. Actualmente hay unos 18.000. El president del Govern ha recalcado que la policía catalana es uno de los servicios públicos "de mayor importancia".
En Sabadell, Salvador Illa también ha querido calmar los ánimos de los sindicatos, en pie de guerra tras la crisis reputacional provocada por el fracaso plan para arrestar a Puigdemont. Y no ha olvidado sus demandas. Por este motivo, asegura que "se escucharán las necesidades e inquietudes" antes de "tomar decisiones".
Este sentido, también ha prometido "alejar" el trabajo de los Mossos "de la confrontación política" y confía en que las relaciones entre policía catalana y el Govern se construyan a base de "confianza recíproca".
Ya cuando estaba en la oposición, Salvador Illa no huía del debate sobre la seguridad y siempre lo ha considerado una "política progresista" porque "la seguridad ciudadana es un derecho de todos". Veremos ahora si, con él al frente de la Generalitat, cambian las cosas en el modelo de seguridad en una Cataluña en la que, tristemente, los actos violentos han pasado a ser el pan de cada día.
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