Montaje de Joan Ignasi Elena y un Mosso d'Esquadra

POLÍTICA

El balance de la seguridad en Cataluña que desmiente a Joan Ignasi Elena

ERC y la Consejería de Interior mantienen su relato aunque los datos lo ponen en cuestión

La inseguridad ha ocupado junto con la inmigración la centralidad del debate en la campaña electoral de las elecciones catalanas de este domingo. Partidos como ERC, la CUP y los Comunes niegan la inseguridad y acusan a quienes la denuncian como extrema derecha. Otras formaciones como Junts, Aliança Catalana, PP y Vox señalan la degradación de la convivencia y proponen mano dura contra la delincuencia y frenar la inmigración.

En el centro de esta batalla está el relato oficial de ERC, partido que ha gobernado estos últimos años y que ha ostentado la consejería de Interior. Su responsable, Joan Ignasi Elena, ha sido portavoz del discurso buenista del Govern en torno a la delincuencia y la inmigración ilegal. No es extraño pues que haya sido señalado como culpable del aumento de la delincuencia y la sensación de inseguridad de los catalanes.

El consejero negó durante mucho tiempo que hubiera un problema de inseguridad en Cataluña. Solo cuando le convino políticamente contrarrestar el discurso de Junts acabó reconociendo un problema con la multirreincidencia, aunque lo desvinculó de la inmigración. ERC ha mantenido esa misma línea durante la campaña electoral, pero basta con acudir a los datos oficiales para encontrar grietas en el discurso oficial.

Ha bajado la calidad de vida de los catalanes

El pasado mes de noviembre se dio a conocer que según el INE, por primera vez desde que se recogen datos (2008) Cataluña ha caído por debajo de la media española en el Indicador de Calidad de Vida. Según estos datos, Cataluña ya no es una de las mejores regiones para vivir en España, y cae hasta los últimos puestos. Lo llamativo es que este desplome tiene que ver sobre todo con los indicadores de la seguridad y la convivencia. 

Los datos estadísticos muestran un aumento disparado de la criminalidad, sobre todo por el incremento de los homicidios, los hurtos y las agresiones sexuales. Según datos del Ministerio del Interior, en 2023 hubo un incremento del 7,26% de la criminalidad, con 509.521 delitos por 475.031 en el año anterior. Hubo ocho homicidios más, 404 agresiones sexuales con penetración más, y también un aumento significativo de los hurtos, robos con violencia y asaltos en domicilios y establecimientos.

Datos sobre criminalidad en Cataluña



Período

Agresiones sexuales
con penetración

Hurtos

Robos con violencia

Homicidios

Cuarto trimestre 2023

1.588

170.136

25.421

71

Primer trimestre 2023

382

41.950

6.053

17

Cuarto trimestre 2022

1.184

162.170

25.049

63

Tercer trimestre 2022
925

120.461

18.499

46

Segundo trimestre 2022

587

74.475

11.782

24

Primer trimestre 2022

291

34.296

5.675

10

Tercer trimestre 2023

1.213

128.562
18.975

52

Segundo trimestre 2023

761

83.281

12.142

36

Fuente: Ministerio de Interior

En el último plenario especial sobre seguridad, el consejero Joan Ignasi Elena llegó a decir que no había un problema de inseguridad sino que era más bien una percepción de los ciudadanos. Según el último CEO, más de la mitad de la población, sobre todo mujeres, ha cambiado sus hábitos por miedo a salir a la calle. Esto explica que cada vez más personas denuncien la inseguridad creciente en Cataluña y la pasividad de las autoridades, empeñadas en sostener un discurso contestado por los datos.

Geografía de la delincuencia

Barcelona es el epicentro de la inseguridad en Cataluña, y refleja la degradación plasmada en el desplome de la calidad de vida que señalaba el INE. Cataluña fue en su día la región más envidiada por sus estándares de vida, y Barcelona representaba la prosperidad como polo de atracción de la inversión y la innovación. Los años de bonanza contrastan con la situación actual, donde la criminalidad se ha disparado y los robos, las agresiones, las peleas, el consumo de drogas y el incivismo se han convertido en algo cotidiano.

Barcelona es también el reflejo de lo que está pasando en Cataluña con la multirreincidencia: según datos de Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra, el año pasado 526 delincuentes cometieron 6.200 hurtos y robos, y los ladrones más activos acumulaban 288 antecedentes. La delincuencia se ha disparado en el centro de Barcelona, sobre todo en los distritos de Ciutat Vella y el Eixample, paraísos de la multirreincidencia.

Más allá de la capital, la inseguridad se ha disparado en otras zonas de Cataluña como el Maresme, Terrassa, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Adrià del Besòs, Gerona y Lérida. Últimamente hemos asistido a peleas multitudinarias con palos y machetes en Tortosa (Tarragona) y Olot (Gerona), y a palizas y atracos a menores en Manresa. Otras ciudades como Vic y Molins de Rei han ocupado también las portadas por la inseguridad.

Delincuencia e inmigración

Otro mito del relato oficial es que no hay nada que demuestre la vinculación entre los delitos y el origen de los delincuentes. Para ERC, cualquier relación que se establece entre delincuencia e inmigración es sinónimo de fascismo y extrema derecha. Pero acudiendo una vez más a los fríos datos nos damos cuenta de que sí se puede trazar una paralela entre el incremento de la delincuencia y el aumento de la inmigración.

Por ejemplo, según datos del Departamento de Justicia de la Generalitat, de los 8.000 delincuentes que hay actualmente en las cárceles catalanas, 4.000, el 50%, son extranjeros. Es la primera vez que se alcanza este porcentaje, lo cual indica un aumento de los delitos cometidos por extranjeros coincidiendo con el incremento de la criminalidad. Esto es muy claro en algunos casos como la multirreincidencia, las agresiones sexuales, o las bandas criminales a las que Interior llama “de inspiración latina”.

Lo que ocurre en Cataluña no es un fenómeno exclusivamente autóctono sino que forma parte de una tendencia general en el contexto actual. Pero mientras en el resto de Europa países avanzados como Holanda y Alemania plantean la deportación masiva de ilegales, en Cataluña esto sigue siendo un tabú y sinónimo de extrema derecha. El domingo tienen lugar unas elecciones clave para Cataluña, donde entre otras cosas se contraponen dos modelos de seguridad.

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