Alberto Núñez Feijóo en un acto de campaña del PP

OPINIÓN

El PP entierra el “cordón sanitario”

Se decía que un llamado “cordón sanitario” impedía la entrada de la ultraderecha en las instituciones

Estamos asistiendo, inquietos, a un cambio copernicano en la política española y de rebote en la europea. Con toda naturalidad, el PP, integrado en el Partido Popular Europeo, hace de enterrador del “cordón sanitario” que de facto mantenía Vox fuera del gobierno de las instituciones de gobierno. No es un trabalenguas, pero sí una confusión con pesadas consecuencias políticas.

Se decía que un llamado “cordón sanitario” impedía la entrada de la ultraderecha en las instituciones. Falso. En el sistema democrático la primera institución de todas es el parlamento. Los españoles estamos representados en cuatro niveles parlamentarios: municipal, autonómico, estatal y europeo, y los electores deciden quién forma parte de estos.

Por lo tanto, han sido los electores quienes cortaron el ficticio “cordón sanitario” -que ahora entierra el PP- al enviar los candidatos de Vox a cada una de las asambleas parlamentarias. Hace tiempo que hay concejales, diputados autonómicos, diputados al Congreso y eurodiputados de Vox.

Lo que hace el PP -a sabiendas del giro que representa en Europa respecto a la ultraderecha- es votar a favor de que Vox gobierne en las instituciones, donde ya estaba representado, presidiendo plenos, mesas, comisiones y parlamentos y formando parte de gobiernos municipales y autonómicos.

Considerado así, parece una consecuencia rutinaria del juego democrático, pero es más que esto. En el gobierno de las instituciones se está para aplicar el programa político de un ideario.

Primer plano de la líder del PP Isabel Díaz Ayuso con mirada de sorpresa

Esto quiere decir que Vox ahora tendrá la oportunidad de aplicar lo que piensa, por ejemplo, sobre la mujer. Y ya lo está haciendo en los gobiernos municipales, donde participa con el apoyo del PP, suprimiendo las concejalías de Igualdad. Veremos más aplicaciones de las ideas de Vox, que en definitiva son ideas de derecha, como las del PP, pero con la coletilla, nada anodina, de ultra.

Si para algo servía la ficción del “cordón sanitario” era para no tener que debatir las ideas de Vox, que las exponía con total impunidad dialéctica, puesto que nadie las rebatía, de forma que podían pasar por inocuas. Esto se ha acabado, gracias al PP Vox podrá aplicar sus ideas, no debatidas, no descifradas, que sorprenderán a más de uno y a más de una.

Y solo es el inicio de un despliegue ideológico y político, digamos revolucionario porque pretende invertir la marcha de la evolución social, con Vox ya no será hacia adelante, sino hacia atrás.

Plano medio de Santiago Abascal en un atril y señalando a un lado con el dedo de su mano derecha

Por ahora, el despliegue se limita al marco municipal y autonómico, ¡que ahí es nada! en un país tan descentralizado como España. Pero, Vox ambiciona dar un “gran paso atrás”: aplicar sus reaccionarias ideas desde el Gobierno de España, tanto en lo que se refiere a las libertades públicas como a los derechos y libertades individuales, por ejemplo, en relación con la reforma laboral, la revalorización de las pensiones, la subida del salario mínimo interprofesional, la ley de “solo sí es sí”, el aborto, la eutanasia, en suma, respecto a todo lo que le parece que empeora el presente.

Si el PP lo secunda pasará de la condición de derecha conservadora a la de derecha extrema. La reunificación de la derecha se habrá hecho por su extremo más alejado del centro.

Esta historia empezó con el ocultamiento de unas ideas nefastas, protegidas por un “cordón sanitario”, que, al final, protegió a la ultraderecha en vez de protegernos de la ultraderecha.