No ensuciéis la Navidad
Al final, todo proviene del mismo problema: de unas izquierdas acomplejadas que necesitan llamar la atención
En los últimos días hemos visto cómo se está consolidando esa tendencia de politizar y llenar de ideología la Navidad y las tradiciones que la rodean. Llamar “solsticio de invierno” a la Navidad, promocionar los conceptos “caganera, tionas y Madre Noel”, hacer un belén viviente con dos Vírgenes María y sin ningún San José o sustituir a los Reyes Magos por “Las tres Magas” son solo unos ejemplos.
Si a alguna administración no le gusta la Navidad tal y como es, que no la celebre. Pero que no utilicen el dinero público para tratar de curar sus traumas forzando una inclusión mal entendida.
Ya estamos acostumbrados a que esta nueva izquierda woke pierda el tiempo en estupideces, pero ya podrían destinar este tiempo, esfuerzos -y dinero público- a preocuparse de los verdaderos problemas de las clases populares que dicen defender.
Al final, todo proviene del mismo problema: de unas izquierdas acomplejadas que necesitan llamar la atención y que quieren meternos en calzador su ideología, aunque no tenga el más mínimo sentido.
No habrá menos machismo si en lugar de “Reyes Magos” hay “Las tres Magas” o por decir que, quien caga regalos en Cataluña, es una “tiona” y no el tió. O por llamar “Madre Noel” a Papa Noel.
Lo que resulta curioso es que todas estas tonterías las promueven los mismos que después legalizan los burkinis o defienden el velo islámico. Ya sabemos que su coherencia brilla por su ausencia, pero con esta inclusión forzada no hacen más que sacar a relucir su autoodio.
Les guste o no, nuestra cultura y civilización se basa en el cristianismo. Pero no hace falta ser creyente, ni ir a misa cada domingo, ni santiguarse cada mañana para celebrar sin complejos la Navidad. Simplemente se trata de respetar las tradiciones que desde hace años han marcado nuestra cultura. Aunque no se lo crean, no serán menos de izquierdas por decir “Reyes Magos”, “tió” o “Navidad”.
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