Joan Ignasi Elena, cuando la cruda realidad desmonta tu propaganda

¿Recuerdan cuando Joan Ignasi Elena dijo, hace apenas cuatro meses, que “Cataluña es un lugar seguro, donde la ciudadanía puede moverse en cualquier sitio y en cualquier hora”? En una cosa tiene razón. Comparado con Venezuela, Papúa Nueva Guinea o Afganistán, sí, Cataluña es un lugar seguro, sin lugar a dudas.

 

Ahora bien, esto de que la ciudadanía “puede moverse en cualquier sitio y en cualquier hora” de forma segura, es algo que ni el propio Conseller del Interior de la Generalitat se cree. No se lo cree, pero debe decirlo porque se está jugando su sueldo. Ya lo dijo Samuel Vázquez en la entrevista que publicamos hace unos días en E-Notícies. ¿Cómo va a decir el máximo responsable político de la seguridad en Cataluña que Cataluña no es segura? 

Ya hemos hablado muchas veces de la cantidad ingente de datos que tiran por tierra la propaganda de Joan Ignasi Elena para intentar maquillar el aumento de la criminalidad que sufre Cataluña. Podríamos recordar el aumento (acreditado por datos oficiales) de las violaciones, de los hurtos, de los homicidios, de la multirreincidencia o de los robos con violencia. Pero mejor hablemos de las propias palabras del conseller, que evidencian de la mejor forma posible el problema que surge cuando la cruda realidad te estalla en la cara y desmonta tu relato.

“Es inaceptable que las mujeres vivan con miedo su cotidianidad”, dijo esta semana. ¿Señor conseller, cómo es que las mujeres viven con miedo? ¿Qué ha pasado? ¿No era Cataluña un lugar seguro? ¿Viven con miedo por culpa de los bulos de la extrema derecha, tal y como dijo hace unas semanas? ¿O viven con miedo porque la realidad de Cataluña es la que es?

Usted mismo lo reconoció: en los últimos dos años, las agresiones sexuales en el transporte público catalán han aumentado un 44%. Otra vez nos encontramos con el curioso caso de que los datos y las estadísticas son fascistas. Los que señalamos que en Cataluña hay un problema de inseguridad no lo hacemos por gusto ni por crear alarmismo. Lo hacemos para ver si algún responsable político como usted se pone las pilas antes de que sea demasiado tarde. 

Porque, mientras usted vive tranquilo con un sueldo de más de 120.000 euros anuales, hay vecinos a los que les da miedo pasear por su barrio. Y mujeres que van intranquilas cuando usan el transporte público. Y no tengo claro que colgar cuatro cartelitos en el metro sea la solución a nada.