'Masterchef' despidió entre lágrimas a un concursante y experimentó cocinar con moho

Comienza la recta final de 'Masterchef 13'. Después de haber pasado el ecuador y tras más de dos meses de convivencia, la lucha por mantenerse en pie es cada vez más difícil. A partir de ahora, cada despedida dolerá más, porque quienes han llegado hasta aquí lo han hecho demostrando un nivel digno de un verdadero ganador. Sin embargo, esta es una competencia y, aunque todos lo merecen, solo uno podrá quedarse hasta el final.

Ayer la tristeza inundó la novena entrega con la persona que colgó el delantal. Antes de eso, los concursantes vivieron un viaje culinario por el mundo, enfrentándose a recetas internacionales e incluso a platos elaborados con moho.

En la primera prueba viajaron por Chipre, Tailandia, Japón, China, Dinamarca o Venezuela. Un reto muy especial por el descubrimiento de sabores y platos, pero también porque el ganador de esta prueba tendría el privilegio de aparecer en el libro de recetas de esta edición de 'Masterchef'.

Así, Elena ganó la prueba y se dirigieron a la prueba de exteriores. Esta vez, fue en Ourense en un Monasterio para dar de comer a los peregrinos del Camino de Santiago y realizar el clásico cambio de cocinas. Algo que descolocó a los capitanes, Ana e Ismael.

Al final, lo salvaron bien los dos equipos y los comensales quedaron contentos, pero los jueces vieron más descontrol en el equipo azul, compuesto por  Emilio, Yago, Bea e Ismael. De esta forma, ellos junto a Ana, que portaba el delantal negro desde la semana pasada, se enfrentaron a la prueba de eliminación.

Y llegó uno de los retos nuevos y más esperados de la edición: cocinar con moho. Y como era de esperar, los cinco demostraron que ninguno se quería ir. Emilio se convirtió en el mejor de la prueba junto con Ana que también se salvó. Pero Ismael, Bea y Yago quedaron en la palestra y fue este último el más flojo y elegido para abandonar las cocinas. Entre lágrimas, Yago se despidió agradecido.