El gran miedo de una soltera de 'First Dates' que nunca habría podido imaginar
Pepa llegó a 'First Dates' con un miedo que protagonizó su cita con Valentino
Pepa era una mujer que se presenta a 'First Dates' para encontrar a un hombre que le hiciese creer en el amor. Sin embargo, acudía al programa con un miedo, que, tarde o temprano, acabaría saliendo en la conversación con su cita en 'First Dates'.
Pepa era una mujer belga que, actualmente, residía en España, concretamente en Madrid. Le contaba a Carlos Sobera que tenía un caballo en Bali, que le regaló su madre cuando falleció su padre en 2013. Además, reconoció que su esencia es su pelo porque "atrae a muchas personas".
En el amor le había ido fatal, debido a que siempre eligía muy mal. "Me gustan los que peor pinta tienen, los que me van a mandar al psicólogo son con los que más cachonda me pongo", confesaba Pepa.
Valentino, su cita, era un italiano que se siente argentino. Revelaba que solía tener éxito con las chicas, pero se consideraba como un chico bastante selectivo. Pepa se quedó fascinada, sobre todo con su físico. Aunque ella pensaba que la mayoría de hombres como él solían ser chulos, prepotentes y se pasaban de confianza.
Pepa y Valentino comenzaron a hablar en 'First Dates' y se dieron cuenta de que compartían muchas cosas en común. Cosas como la pasión por los caballos o que ambos habían cambiado de destino desde muy pequeños. El soltero la había invitado a visitar Mallorca, aunque le ponía de los nervios que ella no dejara de tocarse el pelo.
Al salir los viajes en la conversación, salió el gran miedo de Pepa a la luz: a la soltera la aterraban los aviones y el mar le daba fobia. "Pienso que va a venir un megalodón, la última vez que entré en el mar no me hice caca porque pensé que mi caca podía atraer a los tiburones", contaba Pepa sincerándose con Valentino.
Respecto a las relaciones, a ella le sorprendió que él no hubiera tenido ninguna relación, cuando ella había tenido dos. Valentino se definía como un chico de otra época. "Soy un romántico", narraba el soltero, al que no le había gustado nada que Pepa le dijera que era celosa.
En cuanto al tema sexual, los dos también habían coincidido. A él le gustaba dominar y a ella ponerse "a cuatro", ya que "me hace sentirme muy guarra". Los dos aceptaron volver a tener una segunda cita el uno con el otro. Por lo tanto, la cita terminó siendo todo un éxito.
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