
Conmoción por la muerte de Javier Prieto, un sacerdote de 38 años: 'Descanso eterno'
Los feligreses de toda España lloran la inesperada pérdida de este joven sacerdote que deja un gran vacío
La noticia del fallecimiento de Javier Prieto ha dejado una profunda conmoción en España, especialmente en aquellos que le conocían. El sacerdote de la diócesis de Zamora, quien fue ordenado apenas en febrero de este año, murió a los 38 años, dejando un gran vacío. El Obispado de Zamora destacó su generosidad y entrega durante su breve tiempo en el ministerio sacerdotal.
La vida de Javier estuvo marcada por una pasión constante por la cultura, el patrimonio y la fe. Nació en Fuentesaúco (Zamora) y su historia personal fue compleja y rica en vivencias. A pesar de haberse formado en Derecho y Administración de Empresas en Madrid, sintió la llamada del Señor.

Finalmente, fue su fuerte vocación religiosa la que le llevó hacia el sacerdocio. Su implicación en la vida diocesana comenzó con iniciativas juveniles, y su deseo de dedicarse a la Iglesia creció con el tiempo.
Una vida de dedicación al servicio pastoral
Javier Prieto no fue solo un sacerdote, sino un hombre que se comprometió con múltiples facetas de la vida cultural y religiosa. Su pasión por el patrimonio cultural le llevó a Salamanca, y al regresar a su tierra natal, se implicó en la vida de su comunidad. Además de su labor en la Junta Pro Semana Santa, se integró en grupos cofrades y eventos diocesanos, consolidando su vocación, según informa ABC.
A pesar de haberse trasladado nuevamente a Madrid en 2014, su vínculo con la Iglesia no decayó, en lugar de mantenerse alejado del camino sacerdotal, inició un proceso de discernimiento vocacional. Este paso culminó con su ingreso en el Seminario Mayor de Zamora, donde comenzó su formación teológica. Durante este tiempo, consolidó las bases de su ministerio, trabajando en comunidades parroquiales y en el Seminario Menor de la diócesis.

El legado de Javier Prieto
A lo largo de su ministerio, Javier Prieto se distinguió por su dedicación a la comunidad, siempre dispuesto a apoyar a quienes más lo necesitaban. En los últimos años, trabajó en la comarca de Aliste, donde dejó una huella en las parroquias rurales, y simultáneamente continuaba con su formación académica en Teología Dogmática. Demostrando su compromiso tanto pastoral como intelectual con la Iglesia.
Javier Prieto fue ordenado diácono en 2023 y, poco después, asumió importantes tareas pastorales en centros educativos y parroquiales. Su último destino fue en las parroquias de Toro, donde comenzó su labor sacerdotal este mismo año 2025.
"La diócesis de Zamora, junto con su familia y comunidades pastorales, da gracias por su vida y ministerio y pide al Señor que le conceda el descanso eterno". Concluyeron desde el Obispado de Zamora. Su muerte, aunque inesperada, deja un legado de fe, compromiso y pasión por la Iglesia.
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