Por qué las sardinas en lata tienen fecha de caducidad: los grandes riesgos
Las sardinas en lata son muy socorridas para cuando no queremos cocinar, pero tienen algunos inconvenientes
Hoy en día, agradecemos que existan alimentos ya preparados que nos eviten el tener que cocinar. No siempre disponemos de ese tiempo y son un recurso que a veces nos salva. Un ejemplo de ello son los alimentos que están en conserva, ya que con abrir una lata ya los tenemos listos.
Las sardinas en lata es uno de estos alimentos que más éxito tiene. Es muy cómodo tener una lata de ellas, ya sea para comer o para poner como entrante si tenemos invitados. Pero, aunque parezcan una buena opción, también hay que tener en cuenta que no todo es tan positivo.
En su justa medida, cualquier conserva es recomendable, pero si nos excedemos puede que deje de serlo. Esto ocurre con las sardinas o cualquier otra opción. Está bien tenerlas como un recurso para de vez en cuando, pero no deben ser una opción recurrente.
¿Son tan buenas las sardinas enlatadas como se cree?
Las sardinas en lata tienen sus pros y sus contras. Como ya hemos dicho, es muy cómodo tener una lata en casa para cuando no tenemos tiempo para cocinar. Además, están realmente buenas y eso hace que cuenten con un buen número de adeptos.
Aun así, dependiendo de nuestra circunstancia personal, deberemos de tener cuidado con ellas. Por eso, aquí te vamos a dejar algunos aspectos que debes tener en cuenta. No es que sean malas, solo que no se recomienda abusar de las sardinas en determinados casos.
Riesgos de su modo de conservación
Cuando abrimos una lata de conserva, en este caso la de las sardinas, hay un producto que llama la atención. Este no es otro que el aceite en el que se encuentran inmersas las sardinas. Este, además de aportarle sabor, también sirve para que se conserven en un perfecto estado hasta que las comamos.
Pero, aunque nos lleguen en perfecto estado, este aceite no es tan recomendable, dado su alto contenido en Omega 3. Esto hace que las sardinas sean un alimento que tiene más calorías de lo que nos gustaría. Por ello, no es el mejor aliado para las personas con colesterol o para quienes buscan una dieta baja en grasas.
Si antes hablábamos del papel del aceite para conservar estas sardinas, tampoco pasa desapercibido el uso de la sal. Esto se traduce en una presencia demasiado elevada de sodio. Por lo tanto, en determinadas personas esto puede suponer un riesgo para la salud.
Sobre todo, puede afectar a quienes tienen problemas de tensión arterial, pudiendo dar sustos cardiovasculares. Tampoco ayuda, a quienes tienen retención de líquidos, que se consuman estas sardinas con tanta sal. Es por ello, que si es tu caso, no deberías excederte con el consumo de esta conserva.
Las latas tampoco son seguras
Por un lado, está la propia conservación del producto que está dentro de la lata, pero esta última también tiene sus riesgos. Al ser metálica y estar en contacto con humedad, si no se trata, es posible que pueda enroñarse. Por eso mismo, se le aplica una sustancia que no es del todo beneficiosa para nosotros.
En las latas se utiliza bisfeno-A para evitar la oxidación desde hace muchos años, pero eso no implica que sea bueno. Aunque hay un gran desconocimiento sobre las consecuencias, se sabe que puede afectar al cerebro y al sistema reproductivo. Es un tema sobre el que se sigue estudiando para establecer cuáles son los riesgos de utilizar este compuesto orgánico.
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