Médico haciendo gesto de 'ok' y carne y pescado de fondo

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¿Es malo un exceso de proteínas? Te lo aclaro como nutricionista

A menudo me encuentro en consulta a pacientes que tienen verdaderas dudas sobre el consumo de proteínas

Como os decía, dentro de los muchos mitos que hay en el mundo de la nutrición, se han hecho varios relacionados con la ingesta de proteínas. Es tanta la confusión, que hay quien hace dietas verdaderamente hiperproteicas o, por el contrario, casi no consumen proteína a lo largo del día.

¿Sabemos qué es lo correcto? ¿Sabemos si lo que vamos escuchando sobre el consumo de proteínas es real o es un mito? Voy a intentar aclararos un poco vuestras dudas, pero primero vamos a entender qué son las proteínas.

La importancia de las proteínas en la dieta

Las proteínas son, juntamente con los carbohidratos y las grasas, un macronutriente. Estas desempeñan un papel fundamental en la construcción y reparación de tejidos. También en la producción de enzimas y hormonas, en el buen funcionamiento del sistema inmunológico y en el transporte de nutrientes por todo el cuerpo.

Como vemos pues, son varias sus funciones, por lo que para nada nos plantearemos eliminar este grupo de alimentos de nuestra dieta diaria.

Además de apoyar a la salud en general, también son necesarias para el mantenimiento de la masa muscular y para promover la saciedad.

Pero, por lo que me he encontrado yo con mi experiencia en consulta, hablando de la ingesta de proteína salen dos dudas principales. ¿Engordan las proteínas? Y, aún más típico: ¿las proteínas tienen relación con el daño renal?

¿Engordan las proteínas?

Cuando consumes más proteínas de las necesarias, pueden tener diferentes destinos en tu organismo. Primero, algunas de estas proteínas se usan como fuente de energía, es decir, se descomponen en aminoácidos y se queman para obtener energía.

Sin embargo, si este exceso de proteínas conlleva un superávit calórico, puede haber ganancia de grasa corporal. Es decir, si ya tienes suficientes carbohidratos y grasas en tu dieta para la obtención de energía, el exceso de proteínas puede convertirse en grasa corporal.

Esto se da porque el cuerpo tiene una capacidad limitada para almacenar proteínas. Así que con un exceso de ellas, tu organismo lo convierte en grasa para almacenarlo y así usarlo más tarde.

Además, algunos estudios sugieren que una ingesta muy alta de proteínas puede estimular la producción de grasa en el hígado. Especialmente si está combinada con una dieta alta en calorías y una vida sedentaria. Esto puede aumentar los niveles de triglicéridos y de colesterol LDL (el malo), aumentando así el riesgo de enfermedades cardíacas.

¿Las proteínas tienen relación con el daño renal?

Realmente creo que este tema ha generado mucho debate a lo largo de los años. Posiblemente, si buscáis algo relacionado con proteínas y daño renal, os saldrá más de un artículo que afirma que la alta ingesta proteica favorece el daño renal.

¿Sabéis cuál es el problema? Que la mayoría de estos estudios se han hecho con personas que ya sufren de enfermedad renal. Estas personas con patologías en los riñones, pueden aumentar la carga sobre los riñones y empeorar la función renal con un consumo excesivo de proteínas.

En personas sanas parece que la ingesta de proteínas no aporta ningún tipo de problema a los riñones, por lo que no deberíamos de preocuparnos. Sin embargo, una ingesta alta en proteínas tampoco tiene más beneficios.

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