Piden ayuda para encontrar a Naia, una gatita perdida en un vuelo de Iberia

Sin noticias de Naia desde el pasado domingo 31 de marzo. La gata se perdió en el aeropuerto de Tenerife cuando regresaba a Madrid en compañía de su dueño, Álvaro Bienert, y la hermana de este, Rocío. Ahora, piden ayuda para encontrar al animal, aunque a medida que pasan las horas disminuyen las posibilidades de hallarla con vida.

Álvaro aprovechó la Semana Santa para viajar a la isla y recoger sus pertenencias tras varios años allí. Después de sacar su plaza como médico en un hospital de Madrid decidió hacer la mudanza y llevarse con él a sus mascotas. Además de Naia, también se encontraba Gofio.

Hicieron todo lo posible para que los gatos pudieran viajar sin ningún tipo de problema. Desde que sacaron los pasajes se pusieron en contacto varias veces con Iberia, sin recibir respuesta. Les remitían a que fueran al mostrador y que todo "dependía de la cantidad de animales que ya hubiera en el vuelo", explica ella a El Mundo.

Finalmente decidieron ir con ellos el día del viaje. Una vez en el aeropuerto no se les puso ningún tipo de impedimento. Señala que pesaron a los animales, que iban en sus correspondientes transportines, e Iberia les cobró "145 euros por cada gato".

Después de este trámite les acompañaron hasta una zona, que era "como el control de entrada, pero de animales". Los operarios de Iberia allí presentes abrieron y cerraron en varias ocasiones los transportines, sin que apreciaran ningún tipo de anomalía.

La última vez que vieron a Naia

Sin embargo, sería la última vez que verían a Naia. Todo hacía indicar que sería un vuelo plácido, sin sobresaltos. Pero dentro del avión de Iberia "apareció un chico muy nervioso diciendo que el transportín no cumplía los requisitos ni estaba homologado para llevar animales".

Esto les cogió por sorpresa, ya que durante los trámites anteriores nadie les había puesto ningún tipo de impedimento. Se les comunicó que tenían que salir para quedarse "con el gato porque no podía volar con ese transportín, podía abrir la puerta y salir a la bodega y morirse".

Los hermanos plantearon distintas soluciones. Entre ellas volar con el animal en la cabina, que los dos felinos lo hicieran en la misma caja portátil o que un familiar se hiciera cargo de él. En ese instante se les indica que la mascota "no está, que se ha escapado y que está en el patio".

Se le conduce a Rocío hasta la zona donde presuntamente estaría el gato, que era "la pista de despegue y aterrizaje". Era un lugar muy peligroso, ya que "si cruzase la pista y lo viesen desde la torre de control tendrían que parar todos los vuelos".

Sin noticias de la gata 

En vista de que Naia no aparecía, su dueña decidió regresar a Madrid. Al llegar a la zona de maletas descubrió la maleta del otro gato, Gofio, que se encontraba "acurrucado en la camita, se había hecho pis". Sostiene que si no llega a preguntar, posiblemente hubiera llegado a Barajas y el otro animal también hubiera acabado perdido.

Al final, Gofio volvió con ella en la cabina.

Llamamiento para localizar a Naia

Se muestran muy críticos con la gestión de este incidente. "Tú no puedes estar subido en un avión y que te mientan, te digan que el transportín no está homologado. Y que luego te digan que el gato se ha escapado, me parece gravísimo", añade la mujer.

Denunció la grave situación provocada por Iberia a través de un post en la red social X, donde recibió muchos mensajes de ánimo.

Recuerda que no solo "es un ser vivo", también existe un "vínculo emocional" al tratarse de un miembro más de la familia. Después de tres días continúan en contacto con los operarios del aeropuerto. Algunos aseguran que la han visto, pero posiblemente se tratara de otro grato.

Están pendientes de que Iberia y AENA les den una solución. Mientras tanto, admite con resignación que "no tenemos muchas esperanzas" de que aparezca Naia.