Imagen de Jorge Buxadé, Santiago Abascal e Ivan Espinosa de los Monteros, con el líder de Vox mostrando unos papeles a la cámara
POLÍTICA

Vox se divide: los dos frentes que batallan por el partido

La dimisión de Espinosa de los Monteros airea un secreto a voces: el sector ultracatólico domina internamente Vox

Vox se tambalea. La formación liderada por Santiago Abascal pasa por el momento más complicado de su historia. Y no directamente por el resultado de las últimas elecciones generales, con la pérdida de 19 escaños.

El descalabro de Vox, una consecuencia de su división interna

Vox corre el riesgo de romperse, pero el descalabro electoral es solo una minucia ante el problema real del partido. Es, incluso, una consecuencia: la desconexión de Vox respecto a su electorado es la principal causa del desgaste.¿Qué ocurre en las entrañas del partido para que se haya producido tal situación?

Plano medio de Santiago Abascal con Iván Espinosa de los Monteros desenfocado, de perfil y situado delante suyo

La dimisión, esta misma semana, de Iván Espinosa de los Monteros, evidencia que las aguas internas de Vox son turbias. Pese a mantener las formas públicamente, las discrepancias entre el hasta ahora portavoz de Vox en el Congreso y su partido han sido crecientes en los últimos meses. Todo es producto de una lucha por el poder; del ascenso de una corriente ultracatólica del partido que, progresivamente, lo ha ido copando hasta dominar plenamente su cúpula.

Vox, auge y caída del partido de Santiago Abascal

En diciembre de 2018, Vox fue la sorpresa en las elecciones andaluzas, irrumpiendo con fuerza en el Parlamento regional. Sus escaños fueron esenciales para conseguir lo imposible en Andalucía: un gobierno de derechas en la Junta. Era el inicio de la época de oro del partido, que logró representación en centenares de ayuntamientos, así como parlamentos autonómicos y, por supuesto, en las Cortes Generales.

Vox, con Santiago Abascal a la cabeza, seguía una línea decididamente liberal; desenfadadamente de derechas. Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona eran la guardia pretoriana de un Abascal al que todo le sonreía. Pero las elecciones andaluzas de 2022 empezaron a torcerlo todo.

Fotografia de los diputados de Vox Javier Ortega-Smith, Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, sonrientes sentados en su escaño del Congreso de los Diputados

El adiós de Macarena Olona, enfrentada con las estructuras de poder del partido, ya fue un síntoma de ello. Ortega Smith fue apartado de la primera línea en favor del líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga. Y esta semana se ha sumado a esta nómina la dimisión de Iván Espinosa de los Monteros.

El sector ultracatólico, con un poder creciente en Vox

Si algún factor vincula a estas dimisiones, es el crecimiento exponencial que, internamente, ha tenido el sector más ultracatólico del partido. Con el eurodiputado e ideólogo en jefe de Vox, Jorge Buxadé, a la cabeza, esta familia de la formación ha ido dominando las estructuras de poder del partido. Lo ha hecho hasta el extremo al que hemos llegado en los últimos meses: acabar con las caras más visibles de Vox hasta ahora, de índole más moderada.

A Jorge Buxadé se le suman otros nombres con creciente peso interno. El propio Ignacio Garriga, líder de Vox en Cataluña y actual secretario general del partido; el asesor de Abascal, Kiko Méndez-Monasterio, u otros nombres como Enrique Cabanas o Ignacio Hoces.

Sobre Vox y especialmente sobre esta facción del partido, pesan las acusaciones de vinculación con El Yunque. Se trata de una sociedad secreta de origen mexicano que, desde hace años, trata de influir en la política española desde las posiciones más ultraconservadoras. Está demostrado el nexo de El Yunque con asociaciones como Hazte Oír o Profesionales por la Ética, colectivos muy beligerantes contra la izquierda en nuestro país.

Con o sin vínculos directos con El Yunque, lo cierto es que el sector ultraconservador parece dominar internamente la formación, algo que ha arrinconado a quienes eran, hasta ahora, las caras visibles del partido.

Fotomontaje en blanco y negro de los miembros de Vox Ignacio Garriga y Jorge Buxadé, mirando atentamente al líder del partido Vox, Santiago Abascal

El sector liberal de Vox se diluye

El ascenso al poder del entorno de Buxadé ha coincidido no solo con la purga de Olona, Espinosa y Ortega Smith. Son otros los nombres destacados de los cuadros internos de Vox que han sido relegados en los últimos meses. Uno de estos nombres es el del exdiputado por Badajoz, Víctor Sánchez del Real, apartado de las listas del 23-J pese a haber contado con un destacado peso interno en Vox.

Perteneciente al ala liberal, Sánchez del Real ha defendido públicamente esta semana a Espinosa de los Monteros y cargaba contra el partido. En declaraciones a 'El Mundo', era muy claro. "A día de hoy, los que defendían unas determinadas ideas se han marchado de forma voluntaria y otros están fuera sin saber por qué", manifestaba, en clara referencia a su sector.

Otros exdiputados de la misma línea se han manifestado de forma similar en los últimos meses. Nombres como Rubén Manso, exparlamentario por Málaga; o Víctor González, exdiputado por Salamanca y exvicepresidente económico del partido, encarnan también este sector denostado de Vox. La renuncia a recoger el acta por parte de José Luis Steegmann, sustituto de Espinosa de los Monteros, se entiende en el mismo sentido.

Abascal, un equilibrista que lo tiene cada vez más complicado

Ante esta clara división, Santiago Abascal ha ejercido en los últimos tiempos de equilibrista, tratando de coser las dos almas del partido. El agravamiento de la situación vivido esta semana no hace más que complicar la situación del líder de Vox. Sin sus clásicos escuderos al lado, Abascal parece ahora vendido al deseo del sector ultra católico, que domina de pleno la formación.

¿Será capaz de reconducir la situación y de volver a aunar las familias de Vox? El reto principal de Abascal pasa por reunificar el partido y reconectarlo con sus bases. Cualquier movimiento que no suponga un giro a la actual situación significará perpetuar una crisis que, por ahora, parece que Vox no sabe cómo resolver.

➡️ Política

Más noticias: