El último altercado en las cárceles evidencia los deberes que tiene Ramon Espadaler
El nuevo consejero de Justicia tiene el reto de poner orden en el sistema penitenciario catalán
El ruido político es máximo, pero, a la hora de la verdad, palidece ante los problemas reales. Cataluña es sobresaliente en este punto. Entre los muchos problemas que hay encima de la mesa (vivienda, sanidad, inseguridad, etc.), se encuentra el de los funcionarios de prisiones.
Como es sabido, los trabajadores penitenciarios viven un auténtico calvario en su puesto de trabajo. Los porcentajes de agresiones se han disparado y los incidentes de mayor o menor gravedad son constantes. Sin embargo, fue el asesinato de una trabajadora, Núria López, lo que llevó la situación a un nuevo nivel.
El anterior Govern de ERC hizo todo lo posible para silenciar a este colectivo. El interés electoral fue evidente y así lo denunciaron los trabajadores. En este sentido, el grueso de la plantilla dio por perdida la anterior legislatura. No les quedó más remedio que esperar al siguiente Govern.
Ahora, entonces, es el turno del PSC y del nuevo consejero de Justicia, Ramon Espadaler. Y la situación está lo suficientemente mal como para que el consejero Espadaler tenga que tomar medidas que, aunque provisionales, también son urgentes. Así lo exige la realidad de las cárceles.
Sin ir más lejos, ayer mismo, se vivió otro episodio de alto voltaje en una prisión catalana. Nuevamente, si no fuera por la profesionalidad de los trabajadores, la situación podría haber acabado en desgracia.
Intenta incendiar su celda con otro recluso dentro
En la prisión de Puig de les Basses, en el Alt Empordà, un interno de 25 años y de origen magrebí prendió fuego ayer a su celda para quitarse la vida. El recluso se encerró en una celda de la enfermería y colocó un colchón en la puerta, que después consiguió prender sin que todavía se sepa cómo lo hizo.
Este episodio se saldó con 8 funcionarios heridos (solo uno fue trasladado al hospital) y el recluso en cuestión también herido, así como un segundo recluso, que fue retenido a la fuerza en el lavabo. Según pudo saber ElCaso, el autor de los hechos le dijo a su compañero que ese día iban a morir los dos.
Finalmente, los trabajadores acudieron al lugar, entre llamas y humo, y consiguieron controlar la situación. Es decir, que de no producirse la rápida actuación de los trabajadores tal vez nos hubiéramos levantado ayer con dos personas fallecidas, una de ellas inocente.
Como han advertido los funcionarios en muchas ocasiones, que esta clase de situaciones sean constantes puede llevar a otro episodio dramático como el de Núria López. Es por esta razón por la que, para ellos, el cambio de Govern era una prioridad
La pregunta entonces es qué hará el nuevo Govern del PSC con el consejero Espadaler como responsable de esta materia. De entrada, hay cierto margen para la esperanza, sobre todo si se compara con la negligencia de la exconsejera Ubasart, que se mantuvo en el cargo hasta el final.
Un poco de esperanza
De entrada, el PSC admitió en su día que la gestión penitenciaria de Ubasart era en cierto sentido “incomprensible” e “ininteligible”. Así lo manifestó el diputado del PSC, Ferran Pedret, en la comparecencia de Ubasart con motivo del asesinato de Núria López.
“Cuesta entender qué después de lo que ha pasado, no haya pasado nada en el sentido de asumir responsabilidades”, dijo el diputado Pedret. “La respuesta no se puede dilatar más en el tiempo”, concluyó.
Entre otras cosas, el representante del PSC le reprochó a la exconsejera que no fuera consciente del profundo malestar entre la plantilla. Le reclamó, por ejemplo, la “modificicación criterios” con los que se evalúa a los internos. Sobre este asunto, incluso el Síndic de Greuges ha señalado que hay indicios de negligencia en el asesinato de Núria López.
Y aunque solo sea por el contraste con Ubasart, los funcionarios de prisiones han recibido con cierta alegría la llegada de Espadaler.
“Sus éxitos serán también los nuestros”
En un comunicado con motivo de su nombramiento como consejero, le piden a Espadaler, “experto en cambios”, un cambio de modelo penitenciario en el que “la seguridad los trabajadores sea la prioridad”.
Entre algunas de las peticiones más importantes se encuentra el uso de aerosoles para reducir a los presos más violentos o una reforma legal que incluya a los funcionarios como agentes de la autoridad. En tal caso, las agresiones tendrán mayores consecuencias para los presos.
Insisten también en que hay que apartar a los presos más violentos para “aplicar las políticas de rehabilitación a los otros internos que quieren tener otra oportunidad”.
“Sus éxitos profesionales”, le dicen finalmente al consejero, “también serán los nuestros. Mucha suerte, Señor Espadaler”.
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