Salvador Illa sonríe mientras está sentado.
POLÍTICA

Salvador Illa se pone las pilas y deja en evidencia al anterior Govern de ERC

Tras una década de parálisis procesista en la Generalitat, el nuevo Gobierno anuncia una importante inversión antisequía

Una década de gobiernos procesistas han dejado una Cataluña que cae a trozos en muchas cuestiones. Una sanidad con excesivas carencias, una educación a la cola de España y Europa, seguridad disparada... Uno de los aspectos que más han evidenciado esta parálisis gubernamental durante más o menos 10 años ha sido la gestión de los recursos naturales, especialmente el agua.

Aunque Cataluña sufrió hace más de 15 años una grave sequía, en todo este tiempo ningún Govern procesista se ha puesto manos a la obra para crear alternativas. Y claro, en los últimos meses ha vuelto la escasez de lluvias y prácticamente la única solución ha sido la de aplicar restricciones a la industria y a la población. Fue uno de los principales problemas que tuvo el Govern de Pere Aragonès en el tramo final de su mandato. Y también una de las principales preocupaciones de buena parte de la oposición, especialmente del PSC y del PP.

Sílvia Paneque hablando frente a un micrófono con una bandera de fondo.

Salvador Illa ya dijo que la búsqueda de alternativas a la lluvia sería una de las principales políticas que impulsaría en el caso de llegar a la Generalitat. Dicho y hecho. Tras anunciar una nueva ley de barrios hace unas semanas, el ejecutivo del PSC ha aprovado este martes (en el primer Consell Executiu tras las vacaciones) una importante medida relacionada con esta cuestión. Algo que, de paso, ha servido para dejar en evidencia al anterior Govern. El equipo de Pere Aragonès trabajó a destajo (sin demasiado éxito) en los últimos meses para paliar la sequía que hay en Cataluña. Pero que ni así pudo evitar unas restricciones que nadie se atreve a decir que no tengan que volver este otoño.

Tal y como ha anunciado este martes la portavoz Sílvia Paneque, el nuevo Govern invertirá 2.300 millones de euros en los próximos años.  El objetivo es que, en 2027, Cataluña pueda producir el 70% del agua que consume, independientemente de la lluvia que pueda (o no) caer. Actualmente, la cifra se sitúa solamente en el 33%. El ejecutivo de Pere Aragonès ya planificó una inversión de 1.000 millones. Pero ahora Salvador Illa va un paso más allá y promete una inversión de más del doble de lo previsto.

La idea es construir una nueva desalinizadora en la parte norte de la Costa Brava (costará unos 200 millones de euros y serán financiados por el Estado). También se acelerará la ampliación de la desalinizadora Tordera II y la construcción de la del Foix. Y se prevé impulsar el reaprovechamiento de aguas residuales del Besòs, como ya ocurre en el Llobregat. Además, se construirán más potabilizadoras y pozos y también mejorar y reparar las actuales infraestructuras hídricas. En resumen, en sus primeras semanas, el Govern de Salvador Illa ha anunciado algo que significará más que lo que hizo el antiguo Govern (e incluso los anteriores) en la lucha contra la sequía.

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