El exconseller de la Generalitat Toni Comín, interviene durante una rueda de prensa el día en el que el Parlamento Europeo se ha manifestado a favor de suspender su inmunidad, en Bruselas (Bélgica), a 9 de marzo de 2021
POLÍTICA

Toni Comín, acusado de usar dinero del Consell de la República para gastos personales

Excolaboradores habrían presentado pruebas y datos que señalan a la mano derecha de Puigdemont

Se estrecha el cerco sobre Toni Comín. El eurodiputado de Junts y mano derecha de Carles Puigdemont en el Consell de la República ha sido señalado por un supuesto uso fraudulento de los recursos de la entidad para gastos personales. 

El escándalo estalla después de que la empresa Catglobal ASB, que da cobertura legal y económica al Consell de la República, denunciara unas presuntas irregularidades en la contabilidad y las finanzas del órgano. Aquello hizo saltar todas las alarmas.

El principal señalado fue Toni Comín, que dirige el Consell de la República junto a Carles Puigdemont, y que hacía de enlace entre la mencionada empresa y la entidad independentista. El problema es que en este caso llueve sobre mojado. Comín lleva tiempo en el punto de mira por sus maniobras al frente de la ejecutiva del Consell, y muchos le acusan de utilizar este organismo para lucrarse y beneficiar a familiares y amigos.

Primer plano del político catalán Toni Comín

Según fuentes internas citadas por el periodista Quico Sallés en El Món, Toni Comín habría utilizado fondos gestionados por el Consell de la República para gastos personales. La denuncia procede de excolaboradores de la entidad, que hablan de situación espeluznante y de falta de transparencia. Al parecer habrían aportado pruebas y datos que demuestran la gravedad de la situación que deja muy tocado al hombre de paja de Puigdemont en Bruselas.

Crisis en el Consell: Toni Comín señalado

Lo que hasta ahora parecía solo rumores, de pronto ha desatado una crisis institucional al más alto nivel. La documentación aportada por la empresa denunciada será detenidamente examinada por las altas instancias del Consell de la República.

La encargada de gestionar la crisis es precisamente Aurora Madaula, exdiputada díscola de Junts que denunció acoso machista en el grupo parlamentario de Junts. Persona cercana al sector de Laura Borràs, está enfrentada al sector convergente (Jordi Turull y Josep Rull) en el que se ha apoyado Carles Puigdemont para dar el reciente viraje estratégico y orgánico en el partido. Madaula respondió con “alarma, consternación e indignación” a la denuncia que señala al entorno de Puigdemont, y prometió llegar hasta el final.

Otra cosa es el Govern del Consell. El órgano ejecutivo encabezado por Carles Puigdemont (presidente) y Toni Comín (vicepresidente) ha optado por preparar en silencio la defensa y el contraataque ante tan graves acusaciones.

La polémica deja muy tocados a Toni Comín, por un lado, y al Consell, por el otro.

Toni Comín encabezó la candidatura en las recientes elecciones europeas en las que Junts pasó de tres eurodiputados a solo uno. Mano derecha de Puigdemont en el exilio, Comín ha sido señalado por amplios sectores del partido como uno de los responsables de la fracasada estrategia judicial de Junts y Puigdemont. A ello se le suma la sombra de la sospecha del golpe autoritario dentro del Consell, y de su uso para gastos personales.

Montaje con fotos de personajes

En cuanto al Consell, este fue impulsado por Puigdemont para hacer de gobierno paralelo en el exilio tras la aplicación del 155. Pese al éxito inicial, el fracaso del procés y las acusaciones de autoritarismo en la cúpula llevaron a una avalancha de bajas hasta convertirlo en un órgano residual. Esta nueva crisis es la estocada final de un proyecto al servicio de los intereses políticos y personales de Carles Puigdemont.

Viejas rencillas, nuevas acusaciones

El Consell de la República aún no se ha recuperado de la guerra civil vivida hace unos meses, durante las negociaciones de Junts con el PSOE.

Carles Puigdemont y Toni Comín urdieron una estrategia para eliminar el órgano legislativo del Consell de la República, que ejercía como contrapeso de la ejecutiva. Pese a alegar razones de carácter organizativo, la Asamblea de Representantes acusó al Govern del Consell de querer dilapidar la democracia interna. El motivo no era otro que impedir las críticas a Puigdemont en plenas negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez.

En aquel contexto se produjo la dimisión de los miembros de la Sindicatura Electoral del Consell. Sus responsables acusaron a Comín de “quiere revisar o someter decisiones tomadas por la Sindicatura a intereses personales o políticos”. 

Aquello aumentó la animadversión hacia Toni Comín dentro del Consell de la República, o lo que queda de él. Cada vez son más los que levantan la voz contra el autoritarismo del eurodiputado de Junts, a quienes acusan de convertir el organismo en su chiringuito particular. Una acusaciones que ahora vuelven a cobrar sentido, tras la reciente denuncia que pone a Comín en el centro de la diana.

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